En Yulin, una ciudad al suroeste de China, arrancó este fin de semana el festival anual de carne de perro, a pesar de las medidas recientes del país asiático para combatir el consumo de estos animales.
Cada año, este evento de 10 días atrae a miles de visitantes, quienes compran canes y gatos para consumirlos.
Algunos de estos animales son mascotas robadas, que todavía tienen sus collares cuando son exhibidos en pequeñas jaulas donde están cautivos, apunta la organización Humane Society International (HSI).
Los activistas esperan que este sea el último año que se lleve a cabo el festival.
"Espero que Yulin cambie no sólo por el bien de los animales, sino también por la salud y seguridad de sus personas", comentó Peter Li, especialista en política de China de HSI.
El Covid-19, que se cree se originó en un mercado de animales silvestres en Wuhan, ha obligado a China a repensar su relación con la fauna.
En abril, la ciudad de Shenzhen fue la primera es prohibir el consumo de perros.
Un mes más tarde, el Ministerio de Agricultura chino decidió clasificar a los canes como mascotas, en lugar de como ganado, por lo que ya no serán criados para el consumo humano.
Sin embargo, aún no está claro cómo esta reclasificación afectará el comercio de perros en Yulin.
Zhang Qianqian, un activista defensor de los derechos de los animales, considera que es sólo cuestión de tiempo antes de que el festival de carne de perro sea prohibido.
"Por lo que sabemos de nuestras conversaciones con los vendedores de carne (de perro), los líderes han dicho que el consumo de perro no será permitida en el futuro, pero prohibir el consumo de carne de perro será difícil y tomará algún tiempo", comentó.
En China, según estimaciones de HSI, cada año son asesinados 10 millones de perros destinados al comercio de carne.
Con información de Reuters