La pandemia del coronavirus Covid-19 generó afectaciones muy
severas para el sector educativo en su modalidad particular o
privada en Yucatán, a tal grado que, al cerrar el ciclo escolar 2019- 2020, al
menos cuatro colegios de este tipo anunciaron que suspenderán de
forma temporal o definitiva sus operaciones ante la pérdida
total de recursos para poder subsistir en el próximo período educativo.
Sobre el tema, el presidente de la Asociación Mexicana de
Escuelas Particulares en Yucatán AC (Amepac), Elías Dájer Fadel, refirió que la
crisis que actualmente viven los colegios de este sistema es histórica, pues la
pérdida de recursos por la pandemia se suma a que desde hace cuatro años
sufrían una doble carga fiscal que al final los llevó a la quiebra, en algunos
casos.
Por ello, indicó que las pérdidas que los colegios han
reportado en los meses en los que estuvieron cerrados son incuantificables y
algunos directores ya analizan cuáles serán las medidas y las nuevas
modalidades con la que iniciarán el siguiente ciclo escolar 2020-2021 para
permanecer en el mapa educativo y no desaparecer.
Agregó que a pesar de este entorno incierto, derivado de la
pandemia, los colegios particulares lograron cumplir durante cuatro meses con
los objetivos académicos que se plantearon al inicio del curso escolar, para no
interrumpir el proceso de aprendizaje de miles de estudiantes en estos
planteles.
Reconoció que será inevitable el que algunos padres de
familia se vean obligados a cambiar a sus hijos de un colegio privado a uno
público, a causa de la crisis económica que todavía viven cientos de familias a
causa del cierre de empresas y negocios en todo el Estado.
Sin embargo, destacó que más de un 70 por ciento de los
padres de familia cuyos hijos pertenecen a estas escuelas lograron cumplir con
las obligaciones de pago de colegiaturas o exámenes y junto con los directores,
se llegaron a múltiples acuerdos para lograr concluir el ciclo escolar, el
pasado 30 de junio.
“Al finalizar el ciclo escolar 2019-2020 al menos cuatro
escuelas no van a iniciar clases el próximo ciclo, es decir, van a suspender
operaciones o van a cerrar permanentemente… son este tipo de situaciones que
nos preocupan y en la que tenemos que buscar alternativas de subsistencia”,
aseveró.
Dájer Fadel aseguró que mientras no se tenga la certeza
sanitaria para regresar a clases de forma presencial entre agosto y septiembre,
todos los colegios particulares estarán enfocadas a buscar alternativas de todo
tipo para continuar con la educación a distancia, en el caso de que las
condiciones así lo permitan.
Por ello, adelantó que a lo largo del período vacacional de
verano, los directores comenzarán a construir los protocolos para regresar de
forma semipresencial a las aulas, con días diferidos, para mejorar la
experiencia de trabajo a distancia, en caso de que fuera necesario.
Indicó que las 260 escuelas que forman parte de la Amepacen
el Estado también ya analizan las alternativas que les ofrecerán a los padres
de familia al arrancar el siguiente período lectivo, para evitar que estos
migren a los colegios públicos, pues “los recursos no se pueden obtener del
aire”.
“A pesar de la doble carga fiscal que tenemos desde hace
cuatro años, las escuelas han buscado la forma de apoyar a los padres de
familia con reducción en el costo de las colegiaturas, absorbiendo pérdidas y
pensando que de alguna manera van a poder tener la oportunidad de repagar esas
deudas conforme se regrese a la normalidad”, apuntó.
El presidente de esta organización explicó que la Secretaría
de Educación Pública (SEP) eroga alrededor de cuatro mil pesos por alumno al
mes en el país, aunque muchas de las escuelas privadas en Yucatán tienen
colegiaturas de alrededor de mil pesos, lo que refleja un gasto muy por debajo
de lo que se hace en el sistema público por estudiante.
Además, recordó que los colegios privados no reciben apoyos
por parte de las autoridades educativas y, por ende, lo que podrá hacer cada
escuela que aún subsista el siguiente año es aceptar el nivel de pérdida y que
quizás en enero, si las condiciones lo permiten, se pueda empezar a recuperar y
estabilizar la situación económica.
“Cada vez que se cierra una de las escuelas particulares se
están perdiendo décadas de trabajo y de experiencia educativa desarrolladas,
tanto por los padres como por el grupo de docentes que ha participado en el
proyecto y se pierde también la diversidad educativa, algo que es muy
lamentable”, advirtió.