Fueron las contrataciones más llamativas durante el receso
invernal. Ninguna llegada de futbolistas acaparó más reflectores, por lo que su
enfrentamiento del sábado tendrá alta carga mediática, más allá de que ellos
estarán en las bancas. Javier Aguirre (Monterrey) y Santiago Solari (América)
desempeñan los roles protagónicos en la puesta en escena llamada “Guardianes
2021”. Que se encuentren apenas en la segunda fecha será lo de menos.
Después de que el estratega argentino observó el duelo con
el Atlético de San Luis desde los palcos del Estadio Azteca, la directiva de
las Águilas se ha enfocado en tramitarle un permiso especial para que pueda
estar en el banquillo. Las restricciones obligadas por la pandemia de Covid-19
impiden la realización de varios trámites en oficinas gubernamentales, lo que
no ha permitido que tenga la visa de trabajo que requiere.
Obstáculo que ha quedado atrás, por lo que ahora se
concentra en el choque frente al máximo favorito para dar la vuelta olímpica,
ese que ganó en su debut con cierta comodidad (2-0 al Atlas), aunque el Vasco
mostró qué tan alto ha puesto el listón al asegurar que no le agradó lo visto
sobre el lienzo verde del estadio Jalisco.
A diferencia de Solari, a cuyo plantel todavía rodean dudas,
en especial por la posible salida de los atacantes colombianos Roger Martínez y
Andrés Ibargüen, así como la opción de registrar al goleador chileno Nicolás
Castillo si alguno de ellos se va, Aguirre cuenta con la que —en apariencia— es
la nómina más poderosa en la Liga MX.
Aunque justo eso eleva todavía más la exigencia para un
director técnico que volvió a México tras prácticamente dos décadas de aventura
por Europa, África y Asia, con los periodos en los que dirigió a la Selección
Mexicana (camino a las Copas del Mundo en 2002 y 2010). Ahora, se medirá a
alguien que también está obligado a dar resultados casi inmediatos.