Una inmensa tormenta de arena cubrió
viviendas, edificios y fábricas, causando contaminación y accidentes de tráfico
en la provincia de Gansu, en el noroeste de China, donde estos
fenómenos son frecuentes durante la primavera boreal.
La impresionante
nube amarilla fue observada en el condado de Linze; la televisión
nacional CCTV informó de varios accidentes debido a la mala
visibilidad causada por este fenómeno climático.
Los meteorólogos
pidieron a los habitantes que permanezcan en sus hogares y con sus
ventanas cerradas, ya que otros fenómenos similares están previstos.
Las tormentas
de arena que ocurren en el país son a menudo originarias del desierto
de Gobi, situado entre China y Mongolia. En marzo, una de
ellas llegó Pekín. El cielo se puso amarillo, la contaminación
atmosférica estalló y las compañías aéreas se vieron obligadas a cancelar
cientos de vuelos.
Para frenar estas
tormentas, las autoridades han reforestado desde hace varias décadas las zonas
periféricas de los desiertos, con el fin de crear una “gran muralla verde”
destinada a bloquear la arena.