Hace 77 años, un militar estadounidense que se encontraba en
Italia sirviendo en la Segunda Guerra Mundial salvó de la muerte a tres niños
llamados Bruno, Mafalda y Giuliana Naldi. La madre de los pequeños los había
escondido para evitar que los nazis se los llevaran y el hoy veterano por fin
pudo conocerles, ya cuando ellos son octogenarios y él tiene 97 años.
El hombre voló por más de 20 horas desde Florida, donde
reside, hasta Bolonia, Italia. El viaje fue largo para una persona de su edad,
pero el conocer a esos niños que salvó de la muerte hace casi ocho décadas le
dejó una gran sonrisa, por lo que declaró que valió la pena cada kilómetro
recorrido.
Fue gracias a su hija que se pudo tener contacto con los
hermanos, quienes viven en Italia, pues el veterano de guerra atesoró con todas
sus fuerzas una fotografía que se tomó afuera de la casa de los niños. La
imagen está en blanco y negro y muestra a Adler con una gran sonrisa y a su
alrededor, los tres niños que había salvado de morir.
El Daily Mail relató que Rachelle compartió en redes
sociales la emblemática fotografía de su padre con la intención de encontrar a
los tres hermanos italianos. Afortunadamente, pudo lograrlo ya que un
periodista local ubicó la foto y rastreó los lugares donde estuvo el batallón
al que pertenecía Martin Adler, así fue como dieron con el paradero de Bruno,
Mafalda y Giuliana, quienes ahora ya son octogenarios.
Y después concretaron el tan esperado reencuentro, que tuvo
lugar en Monterenzio, este lunes 23 de agosto, 77 años después del día que se
conocieron.
El día que salvó a los niños
En 1944, Martin Adler era efectivo del Ejército de Estados
Unidos que participaba en la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces, estaba de
misión en Italia, cuando las fuerzas de Benito Mussolini eran las que llevaban
el control del país; pero algo pasó, que cambió su vida para siempre al
convetirse en héroe.
El exmilitar, que hoy tiene 97 años y vive en Florida,
rescató a tres hermanitos que posiblemente serían capturados por los nazis en
Italia ese año. Cuando lo hizo, se encontraba en las calles de Monterenzio, al
sur de Bolonia, y escucho ruidos que provenían de una canaste de mimbre.
Institinvamente, decidió apuntar con su arma, pensando que en ella estaba
escondido algún militar alemán.
Sin embargo, la mamá de los tres pequeños saltó frente a la
canasta para protegerlos y le dijo al militar que los había escondido ahí para
que los nazis no los capturaran y se los llevaran. Entonces, Martin bajó el
arma, los niños salieron de la canasta y se tomaron una fotografía en blanco y
negro con él, la cual aún atesora a casi ocho décadas de distancia.
Luego de que el militar le ‘perdonara la vida’ a Bruno,
Mafalda y Giuliana Naldi, posó con ellos en la entrada de su casa y el momento
quedó captado para siempre. Martin ha guardado desde entonces la fotografía en
blanco y negro, la cual ahora sirve como imagen para contar esta historia que
pudo haber tenido un final de horror de no haber escuchado a la madre de los
niños.
Los cuatro fueron felices al reencontrarse
Ya pasaron 77 años y ‘los niños italianos del soldado
Martin’ ya tienen más de ochenta años. Difícilmente podrían recordar lo que
ocurrió en 1944, pero no cabe duda que reencontrarse con el soldado casi ocho
décadas después de que estuvo a punto de matarlos pensando que se trataba de un
alemán fue un evento importante.
De los tres hermanos, la única que tiene vagos recuerdos de
ese día es Giuliana, la más joven de ellos, quien mencionó que en ese momento
vio a Martin y a otro soldado reír aliviados porque no había disparado contra
la canasta en la que su madre los había escondido, relata el Daily Mail.
Quizás era muy pequeña para comprender por qué el miitar les
había apuntado con un arma, pero afortundamente la historia tuvo un final feliz
y el soldado incluso comió chocolate con ellos, gesto que se volvió a repetir
durante su emotivo encuentro 77 años después en su vieja casa de Monterenzio.
Ahora Martín tiene otro objetivo en mente aprovechando que
está en Italia. La agencia AP señala que el hombre de 97 años viajará también a
Florencia, Nápoles y Roma, pues es un fiel admirador del Papa Francisco y
quiere conocerlo, detalló su hija Rachelle, quien lo acompaña en esta aventura.
Fuente: El Heraldo de México