Historias de aparecidos hay muchas en el municipio de San Pedro, Coahuila. Sus ejidos son sede de algunas y una muy peculiar que cuentan los pobladores del Tacubaya, comunidad que se ubica en la parte baja del municipio, es la de un niño que se aparece precisamente en el panteón.
El panteón de Tacubaya se ubica del lado sur-poniente de la comunidad, a la orilla de la carretera que comunica al ejido con otros aledaños.
Dicen algunas personas que ese niño se aparece a la orilla del panteón y hay quienes lo han visto entre las tumbas, caminando sin rumbo, como si buscara con quien jugar o simplemente haciendo travesuras a sus vecinos en el campo santo.
Pero, quienes saben de su presencia, aseguran que varios automovilistas que han llegado a pasar por ese lugar, y han visto a e se pequeño a la orilla del panteón, han perdido el control de sus vehículos y han sufrido accidentes.
Hay algo que cuentan los pobladores, sobre la presencia de esta pequeña alma ambulante, cierto o no, es algo escalofriante.
Dicen que, a ese panteón llegó hace años, el cuerpecito de un niño, el cual ya habían intentado sepultar en la ciudad de San Pedro, pero luego su ataúd nuevamente salía hacia la superficie, la tierra lo regresaba.
Luego, al ver esa extraña acción de la tierra, lo llevaron al panteón de otro ejido cercano y pasó lo mismo, la tierra santa no lo quería hasta que llegó al panteón de Tacubaya e igual, en ningún panteón quería estar el inocente.
Señalan que al ver que la tierra bendita del campo santo desechada el ataúd y al cuerpecito de ese niño, quedó sepultado afuera del panteón y aseguran que su alma anda vagando, tal vez buscando ser bendecido y así poder descansar en paz.