Imágenes muestran como la tierra se divide después del sismo en Turquía

13 febrero 2023
Noticias de Yucatán. 

El terrible terremoto que sacudió aTurquía y Siria el pasado 6 de febrero, esta causando al menos 24,000 víctimas (número que sigue incrementando), además de provocar el colapso de numerosos edificios, también tuvo efectos evidentes en la geografía.

Tras el intenso movimiento telúrico han aparecido grietas y deformaciones, efecto en la superficie de las enormes roturas que se han producido en el subsuelo. En este artículo veremos las imágenes, pero antes repasaremos algunos conceptos sobre geología.

¿Cómo se origina un terremoto?

Los terremotos se originan cuando las rocas se rompen repentinamente a lo largo de zonas llamadas fallas. Esta ruptura se produce a profundidades de kilómetros por debajo de la superficie de la Tierra, en puntos llamados hipocentros (el epicentro es la proyección del hipocentro en la superficie).

La corteza de la Tierra está dividida en placas, cuyos movimientos tectónicos someten a las rocas a enormes “tensiones“, con presiones muy fuertes a lo largo de zonas de ruptura denominadas fallas. Durante muchos años, la tensión se acumula en forma de energía elástica a lo largo de estas fallas. Esta energía se almacena durante años, siglos o milenios, y luego se libera repentinamente, transformándose en las temidas ondas sísmicas.

Hipocentro

El hipocentro es el punto en el que ocurre la ruptura de la falla. Desde ese punto se propagan las ondas sísmicas en un terremoto. El epicentro, se encuentra en la superficie, directamente sobre el hipocentro.

Tras grandes terremotos, como el del 6 de febrero, con una magnitud de 7.8, la falla que origina el temblor puede moverse repentinamente incluso unos pocos metros. Las consecuencias son enormes para las zonas aledañas, y la superficie se ve afectada por grietas y deformaciones.

Cicatriz terrestres de cientos de kilómetros

La longitud de la ruptura provocada por el gran terremoto —recordemos que el 6 de febrero hubo dos grandes eventos, uno de magnitud 7.8 y otro de magnitud 7.5, en dos fallas distintas, aunque en la misma zona geográfica— sería de cientos de kilómetros, según los primeros modelos publicados por el USGS, el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Estamos hablando de una gran extensión: algunas páginas de divulgación de todo el mundo están mostrando lo que sucedería en otras áreas del planeta con una ruptura tan grande como la asociada al terremoto de Turquía.

En el caso de un terremoto de esta magnitud, el área sujeta a deformación es muy grande. Hablamos de hipocentro del terremoto considerando el punto de ruptura como un punto, pero en realidad el área que se mueve y por lo tanto genera las ondas sísmicas es muy grande teniendo tres dimensiones.

Una de las formas típicas de detectar el desplazamiento de la superficie después de un gran terremoto es observar cómo se han movido las construcciones rectas, como carreteras y vías férreas. Son precisamente las deformaciones de estas infraestructuras las que nos dejan en evidencia el alcance del desplazamiento de la falla en Turquía.

Arriba podemos apreciar el desplazamiento de la falla a lo largo de las vías del tren, en un tramo en el que éstas discurrían en línea recta. Abajo podemos apreciar el mismo movimiento a lo largo de una ruta.

Como se puede ver en las imágenes, un tramo de carretera se desplazó a la derecha y el otro a la izquierda: esto es lo que sucede cuando una carretera recta es cortada por una falla de deslizamiento que se mueve repentinamente unos metros después de un terremoto.

Arriba, otras imágenes del desplazamiento provocado en superficie por la enorme ruptura subterránea: gracias a la característica rectilínea del pavimento (ver las tejas rosas), se aprecia el desplazamiento de las dos partes, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda.

Debajo podemos ver un vídeo muy impactante, grabado en Altınözü, donde tras el terremoto se formó una enorme de unos 30 metros de profundidad y 200 metros de ancho, que dividió en dos el campo de olivos de 35 hectáreas.

La nueva falla que se activó el pasado 6 de febrero en la frontera entre Turquía y Siria provocó un desplazamiento del suelo de unos pocos metros, tal y como se puede apreciar en las imágenes vistas hasta el momento. En promedio, el desplazamiento, según las indicaciones de los sismólogos, sería de 3-4 metros.

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