La Iglesia hizo un llamado a los sectores sociales del país para trabajar en el fortalecimiento de las familias y así “sanar a la sociedad”.
En el Día de la Familia, que se celebra este domingo en México, el episcopado mexicano señaló en su editorial dominical “Desde la fe” que luego de un recorridos por las parroquias de la Arquidiócesis de México “se ha podido constatar la grave crisis que atraviesa la familia en la actualidad, provocada, entre otros motivos, por una fractura cultural”.
Afirmó que esto hace mucho más difícil la transmisión de la experiencia de fe y los valores cristianos.
Asimismo, compartió que en la reuniones que el arzobispo, Carlos Aguiar Retes, sostuvo con los consejos pastorales en más de 300 parroquias y rectorías visitadas, se explicó cómo esta fractura cultural “ha provocado confusión y rechazo al proyecto de familia instituido por Dios”.
Añadió que esto generó violencia intrafamiliar además de “una evasión al compromiso de procrear hijos”.
“La Iglesia Católica está empeñada en revertir este proceso que amenaza los valores cristianos siguiendo la pauta que dejó en su momento san Juan Pablo II. El camino que él nos señaló fue el de evangelizar con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones”, puntualizó.
Señaló que cuando se contempla la violencia, los asesinatos, los jóvenes perdidos en las adicciones, la delincuencia como modo ordinario de vida, entre otras amenazas al tejido social, “no podemos dejar de reconocer que es en la familia donde se gestan estos antivalores”.
“Por ello, si queremos superar los males que desgarran diariamente a la sociedad mexicana, es indispensable valorar la misión de la familia como espacio íntimo y cierto, donde se desarrollan las personas de manera integral y por ende, donde se sanan los males de la sociedad”, enfatizó.
Destacó que el Estado carga también con “una gran responsabilidad” que es promover familias más sanas, estables y abiertas al desarrollo pleno de todos sus miembros.
“También puede promover que las familias se desarrollen sanamente como células básicas en la sociedad; fomentar los valores de responsabilidad, honestidad, fraternidad y respeto, bajo los principios universales”, dijo.
Finalmente, invitó a todas las familias, a los sectores sociales y a los miembros de la Iglesia a trabajar juntos en el fortalecimiento de las familias, especialmente de las que están heridas por la violencia o la pobreza extrema.
Con información de EFE