Hace ya meses que está servida la polémica respecto a la renovación del carnet de conducir a partir de los mayores de 65 años. La DGT aboga desde hace tiempo por reducir aún más los períodos de renovación del permiso a partir de edad. Actualmente esos periodos tienen una duración de cinco años.
A nivel europeo la recomendación que manda Bruselas va en este mismo sentido, prudencia y reducir los años de vigencia del carnet de conducir.
Las estadísticas hablan
Una realidad que no se apoya en estadísticas, pues de acuerdo con los datos de la DGT el colectivo que más fallecidos registra es el comprendido entre los 55 y 64 años, mientras que la tasa por encima de los 65 años es la misma que entre 45 y 54 años.
Pero un paso más allá: la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja en diversos estudios no retirar el carnet de conducir por sistema a todos los mayores de 65 años si no existe un motivo de peso, pues la capacidad de conducir en el caso de los ancianos se traduce en calidad de vida.
Toda una declaración de intenciones de una de las organizaciones a nivel mundial que más hace por la seguridad vial.
Conducir es igual a calidad de vida
Expertos en la materia hablan de que en este caso la edad no puede considerarse como un factor de riesgo directo en materia de accidentes, aunque sí que habría que valorar otro hecho mucho más significativo. Y es que la tasa proporcional de fallecidos por número de accidentes de tráfico sí es mayor entre los conductores que superan los 65 años.
De acuerdo con el consenso internacional el problema real no es que los mayores de 65 o 70 años tengan más accidentes, sino que son más vulnerables en caso de tenerlos, de ahí su superior tasa de fallecidos.
OK a trabajar pero no a conducir
Tampoco parece tener mucho sentido que la edad de la jubilación se eleve ya por encima de los 67 años mientras que la DGT considera que a los 65 puede que no estemos en condiciones óptimas para la renovación del carnet de conducir.
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Conviene consultar con un médico el estado de nuestros sentidos
Más allá de las enfermedades y situaciones particulares, existe un protocolo de cinco claves que conviene valorar de forma orientativa para saber si es necesario contrastar con algún médico el estado de nuestros sentidos en relación con la conducción.
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