La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aportará 45,000 millones de pesos para la adquisición y la operación se llevará a cabo a través del FONADIN.
Las afores serán uno de los principales inversionistas para financiar la compra de las 13 plantas generadoras de electricidad que el gobierno federal mexicano hará a través del fondo de capital privado Mexico Infraestructure Partners (MIP) y cuya operación contará con recursos del Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN).
Trascendió sin que hasta el momento se haya hecho pública la solicitud oficial, tanto en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) como en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que MIP emitirá un Certificado de Capital de Desarrollo (CKD) para llevar a cabo dicha operación.
El pasado 4 de abril, el gobierno federal anunció la compra de 13 plantas generadoras de energía eléctrica de Iberdrola, incluyendo una planta de energía renovable, valuadas en aproximadamente 6,000 millones de dólares.
Para financiar esta operación, se adelantó que la Secretaría de Hacienda aportará 45,000 millones de pesos al FONADIN, quien busca tener el 51% del valor del capital de riesgo, lo que le permitirá tener el control de los activos y del vehículo financiero establecido para dicha operación, recordó Víctor Gómez, profesor de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Sobre la colocación de un CKD para completar los recursos para la operación, el catedrático consideró que es una “solución adecuada” de financiamiento, pero hay en México otros instrumentos financieros diseñados especialmente para invertir en el sector energético, como los Fideicomisos de Inversión en Energía e Infraestructura (Fibra E) o los Certificados de Proyectos de Inversión (Cerpis).
“El CKD es un instrumento que va a ayudar a financiar la compra de las plantas generadoras de electricidad a Iberdrola porque cumple con todas las metas de lo que se había propuesto originalmente el gobierno federal de que no sería una emisión de deuda, que no habría un pasivo contingente y están aprovechando que estos activos (o las plantas) generan flujo de efectivo”, opinó Gerardo Monroy, director general de la consultoría GMEC.
Este vehículo financiero se coloca en la Bolsa de valores para levantar capital destinado a financiar proyectos de infraestructura, energía, inmobiliarios, capital privado, tecnología, por mencionar algunos. Al final de un plazo acordado, los inversionistas reciben rendimientos por su aportación. El plazo de desinversión de los activos puede ser de 10 o incluso más años.
Las afores han sido uno de los principales inversionistas de este tipo de instrumento. Habían destinado 416,834 millones de pesos de todos los recursos que administran del ahorro de los trabajadores, hasta abril de este año.
Las 10 afores tenían bajo gestión un total de 5.467 billones de pesos en el mismo periodo, según datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). Mientras que en proyectos del sector de energía reportaron inversiones por 227,482 millones de pesos.
Participación, dependerá del rendimiento
Acerca de la demanda que podría tener el CKD de MIP con los activos de las plantas adquiridas a Iberdrola, Gerardo Monroy opinó que dependerá del retorno que ofrezca a los inversionistas.
Al ser activos que generan flujos de manera constante y debido a que es una operación ligada al gobierno federal se reduce el riesgo para los inversionistas”, destacó Monroy.
Mientras que Víctor Gómez, profesor de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), comentó que aunque no hay un pronunciamiento oficial, entre los planes está que la colocación se haga entre las afores porque son los inversionistas institucionales más importantes del mercado local, dada la liquidez que tienen.
Coincidió en que el rendimiento que ofrezca el administrador con la emisión del CKD va a depender si la operación será fructífera.
“Para que sea atractivo el vehículo tiene que ofrecer una estructura similar a la que paga otro tipo de deuda del gobierno federal”, puntualizó Víctor Gómez.
judith.santiago@eleconomista.mx