Una vasta investigación pública sobre la respuesta británica a la pandemia, iniciada el martes, comienza con un capítulo que indaga en si se podría haber evitado tanto sufrimiento y muertes con una mejor planificación.
El abogado Hugo Keith, asesor legal de la investigación, dijo que el coronavirus provocó “muertes y enfermedad en una escala sin precedentes” en la Gran Bretaña moderna. Dijo que el COVID-19 es la causa oficial de la muerte de 226.977 personas en el Reino Unido.
“El problema crucial es si ese impacto era inevitable”, dijo Keith. “¿Esas consecuencias terribles eran inexorables o eran evitables o susceptibles de mitigación?”.
Un grupo de personas que sufrieron la pérdida de seres queridos debido al COVID-19 alzaron fotos de los difuntos frente a la sede de la comisión investigadora, un edificio de oficinas en Londres. La primera jornada de audiencias comenzó con un video de 17 minutos en el que varias personas describieron las consecuencias devastadoras de la pandemia para ellas y sus familias.
La cifra de muertes por el COVID en Gran Bretaña es una de las más altas de Europa, y las decisiones del gobierno del entonces primer ministro Boris Johnson han sido objeto de debates interminables. A fines de 2021, presionado por las familias de los difuntos, Johnson aceptó iniciar una investigación.
La investigación encabezada por la jueza retirada Heather Hallett prevé realizar audiencias hasta 2026. Debe investigar si el país estaba preparado para una pandemia, cómo respondió el gobierno y cuáles son las lecciones de cara al futuro.
Se convocará como testigos a científicos y altos funcionarios, incluido Johnson. Hallett, quien tiene autoridad para pedir pruebas e interrogar a testigos bajo juramento, se encuentra en medio de una batalla legal con el gobierno por su pedido de acceso a un conjunto de libretas de anotaciones, diarios íntimos y mensajes de Whatsapp entre Johnson y otros funcionarios.
Las investigaciones públicas británicas suelen ser exhaustivas, pero rara vez rápidas. Una investigación sibre la guerra de Irak y sus consecuencias comenzó en 2009 y publicó su informe de 2,6 millones de palabras en 2016.
Hallett dijo que dará a conocer las conclusiones de cada capítulo en lugar de esperar a la finalización de las audiencias.
Keith dijo que el primer capítulo indagará en si la planificación británica se basó en la hipótesis errónea de que una futura pandemia sería similar a la de gripe.
Dijo que al comenzar la pandemia en marzo de 2020, el gobierno dijo que “el Reino Unido está bien preparado para responder de una manera tal que brindaba protección sustancial al público”.
“Ya en esta etapa, antes de escuchar las pruebas, resulta aparente que no habríamos estado bien preparados en absoluto”, afirmó.
