Familiares de personas secuestradas por el grupo armado Hamás contaron cómo ha sido su experiencia al no saber nada sobre sus seres queridos, en una conferencia de prensa organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
Luego de un recuento de los daños tras seis días de conflicto bélico alrededor de la Franja de Gaza, tres personas con raíces judías expresaron la angustia que sienten por la falta de información sobre sus padres, hijos y demás seres queridos.
Itzik Horn, padre de familia de origen argentino e israelí, lamentó no poder dormir porque desconoce el paradero de sus dos hijos que vivían en un kibutz (comunidad judía) cercano a territorio palestino.
"No tenemos ninguna información, ni oficial ni extraoficial, sólo que los terroristas entraron a su comunidad (...) yo también vivo en la zona cercana a la Franja de Gaza y con mi hijo tenía una rutina por los bombardeos", recordó.
El hombre tuvo contacto con su hijo por última vez el sábado 7 de octubre, cuando inició el ataque contra territorio israelí. Lo último que habló con el joven fue a través de mensajes de texto.
"Jajaja, siempre te olvidas de que nuestra casa está tan cerca de la Franja que los cohetes nos pasan por encima", fue lo último que su hijo le escribió por WhatsApp.
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Lo peor del caso para el padre de familia es que no puede conciliar el sueño porque no tiene información de su hijo, ya que preferiría saber si está muerto para dejar de preocuparse por las torturas de Hamás a sus prisioneros.
"Como padre tenía esa fea sensación en el estómago (...) me dijeron que no encontraban a mis hijos en el kibutz (...) no sabemos si están vivos, si están muertos o si están prisioneros en Gaza (...) Yo estoy dispuesto a escuchar lo peor: sus hijos están muertos. Los enterraremos y lloraremos, pero no sabemos nada", lamentó.
El hombre confesó que su mayor preocupación es la crueldad con la que Hamás trata a sus prisioneros, que es muy diferente a la vista en otros ejércitos.
"Vi una foto de mi padre entre dos terroristas"
Yulie, residente de Israel de 27 años, contó que lo primero que escuchó el sábado fueron bombas y gritos, por lo que entró al búnker para resguardarse, pero sus padres no tuvieron la misma suerte.
"Mi mamá me dice que alrededor de la casa hay terroristas gritando que intentan entrar a la casa, y que no sabe qué hacer pero tiene miedo porque estaban disparando al cuarto de afuera (...) después mi papá me confirmó que lo capturaron, a él y a mi papá", relató.
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El secuestro de sus padres fue confirmado por una fotografía compartida por los terroristas del padre de la joven tomado como rehén, pero después de eso no tuvo más información por lo que cree que los tienen dentro de Gaza.
"A mí y a mi hermana nos rescató el ejército (durante la noche del sábado) y poco a poco entendemos la cantidad de gente desaparecida", narró.
Mientras las fuerzas armadas de Israel llevaban a Yulie y su hermana a un lugar seguro hubo un atentado contra ellas que las obligó a tirarse pecho tierra con las manos en la cabeza, hasta que el atacante fue asesinado por soldados.
Por último, otro padre de familia, también de Argentina, compartió la pérdida de su hijo que se desempeñaba como miembro del Ejército israelí.
"La historia es muy simple: mi hijo tiene 19 años y es soldado en una base en el límite con Gaza, él se ocupa de los permisos para mercaderes (...) no es un soldado de combate", reconoció.
El joven fue despertado por explosiones y gritos en árabe el 7 de octubre, que le hicieron darse cuenta de lo que pasaba de modo que contactó a sus padres por WhatsApp ya que no podía hablar debido a que los atacantes estaban muy cerca.
"Ya terminó todo, es el final, están al lado de la puerta, los quiero mucho, chao", fue el último mensaje de su hijo que recibieron los padres.
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Díaz después el padre vio un video por la televisión del ataque a la base militar donde estaba el joven, y pudo ver cómo era arrastrado malherido por hombres armados.
"Para mí fue una especie de alivio saber que no lo mataron en el momento y se lo llevaron secuestrado a la Franja de Gaza (...) nadie sabe más nada", expresó.
Lo peor del caso es que la víctima tiene asma y necesita un inhalador para respirar, por lo que su papá teme que tenga dificultades para respirar en cautiverio.
"Espero que le puedan dar ese medicamento para salvarle la vida (...) esa es mi pequeña historia en un mar de tragedias", concluyó.