¿Te imaginas cómo sería nuestro mundo si los humanos hubiéramos compartido la Tierra con los dinosaurios? Esta pregunta que ha despertado la curiosidad de científicos y aficionados a la paleontología durante años podría estar un paso más cerca de ser respondida.
Recientes avances científicos han revelado sorprendentes hallazgos sobre nuestros ancestros y su posible convivencia con estas majestuosas criaturas prehistóricas.
Un reciente estudio científico ha revelado un increíble suceso sobre nuestros ancestros y su relación con los dinosaurios. A través del análisis minucioso del registro fósil de mamíferos placentarios, que incluyen a los humanos, investigadores han obtenido respuestas a una pregunta que ha generado largos debates en la comunidad científica.
¿Vida después de la muerte? Científicos descubren un planeta que no debería existir
Uno de los mayores anhelos de la humanidad, es encontrar planetas, dentro o fuera de nuestro Sistema Solar, que sean capaces de albergar vida como en nuestra querida Tierra. Por este motivo, este campo dentro de la astronomía está creciendo exponencialmente. En las últimas décadas, las investigacion
Contrario a lo que se pensaba anteriormente, se ha encontrado evidencia que sugiere una coexistencia breve pero real entre nuestros ancestros y los imponentes dinosaurios, antes de la extinción masiva que cambió el rumbo de la vida en la Tierra.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Current Biology, ofrece una nueva perspectiva sobre la cronología de los mamíferos placentarios y su relación con el evento catastrófico que marcó el fin de la era de los dinosaurios.
Los investigadores utilizaron sofisticadas técnicas estadísticas para analizar miles de fósiles y reconstruir la historia evolutiva de estos mamíferos. Sus conclusiones desafían las teorías previas y nos invitan a repensar cómo nuestros ancestros compartieron el planeta con estas criaturas prehistóricas.
Al parecer, la biblia, como la conocemos ahora, no es una obra que esté del todo concluida, pues un científico ha reportado el impresionante hallazgo de lo que parece ser un fragmento perdido que se escribió hace más de 1500 años y que había permanecido oculto todo este tiempo. El descubrimiento se
Para esto, los investigadores recopilaron una gran cantidad de fósiles de mamíferos placentarios y pudieron observar los patrones de origen y extinción de los diferentes grupos, según explicó Emily Carlisle, autora principal del estudio y miembro de la Facultad de Ciencias de la Tierra de Bristol.
A partir de esta información, pudieron realizar estimaciones sobre cuándo evolucionaron los mamíferos placentarios.
A través de la identificación de diversas familias de mamíferos placentarios, incluyendo primates (nuestro linaje), lagomorfos (conejos y liebres) y carnívoros (perros y gatos), los científicos han demostrado que estos grupos evolucionaron justo antes de la extinción masiva de los dinosaurios.
Esta coexistencia se atribuye a la falta de competencia de los dinosaurios, lo que permitió que los mamíferos placentarios se diversificaran y evolucionaran en un mundo dominado previamente por los gigantes reptiles.
El modelo utilizado por los investigadores permitió estimar las edades de origen basándose en el momento en que los linajes aparecieron por primera vez en el registro fósil, así como en los patrones de diversidad de especies a lo largo del tiempo. Esto fue compartido por Daniele Silvestro, coautor del estudio y de la Universidad de Friburgo.
Sin embargo, los investigadores también mencionaron que los fósiles de mamíferos placentarios de ese período son escasos y pequeños, lo que dificulta determinar exactamente cómo eran nuestros antepasados en ese entonces.
Estos nuevos descubrimientos nos proporcionan una fascinante visión de cómo nuestros antepasados se abrieron camino en un entorno que una vez estuvo poblado por los dinosaurios.
Aunque aún hay incógnitas sobre cómo eran exactamente nuestros ancestros en aquel entonces, estos hallazgos reescriben parte de la historia de la vida en la Tierra y nos acercan un poco más a comprender nuestro pasado evolutivo.