El violento hecho ocurrió después de que policías de la SSC desplegaron un operativo en un predio que operaba como taller de hojalatería, pero que en realidad era utilizado para desvalijar y resguardar vehículos robados. El objetivo de la operación era recuperar un remolque con una carga de cerveza. Cuando el personal policial llegó al lugar sorprendió a más de cuatro delincuentes, quienes en ese momento se dieron a la fuga por calles aledañas y en su paso se encontraron con un hombre de la tercera edad que circulaba a bordo de un automóvil balizado como taxi, a quien trataron de despojar del vehículo para continuar su huida, sin embargo, el conductor se resistió al robo y por eso lo asesinaron a tiros.
Los policías lograron asegurar a dos de los delincuentes, a quienes pretendían poner a disposición de las autoridades correspondientes. No obstante, fue el homicidio del adulto mayor lo que enardeció a los pobladores, quienes tocaron las campanas de la iglesia del pueblo para reunir al mayor número de vecinos que fuera posible.
En unos cuantos minutos se integró una turba que se dirigió hacia el predio donde los policías realizaban el operativo y también resguardaban a los dos detenidos. Ya en el lugar, el grupo de habitantes, entre los que había hombres y mujeres armados con piedras, palos y tubos, retuvo a los policías así como a los dos homicidas y les propinó una severa golpiza.
En una primera operación de rescate, elementos del Grupo de Operaciones Especiales (Gopes), lograron sacar del lugar a los policías Antonio Hernández y Agustín N., así como a los dos delincuentes, pero no ocurrió lo mismo con Bernabé Rocha; a él los habitantes de la localidad, con el argumento de no permitir la impunidad, lo retuvieron y lo trasladaron a pie hacia la explanada de la iglesia del pueblo donde lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
Aunque en su momento los tres policías fueron rescatados con vida, el día del linchamiento murió Bernabé Rocha, mientras que Antonio Hernández y Agustín N., ingresaron al Hospital General de Tlaxcala en estado de gravedad. Agustín N., ya fue dado de alta, pero Hernández estuvo en coma durante 12 días hasta que la SSC informó sobre su muerte como consecuencia de la golpiza que recibió por los habitantes de Xitototla.
Con el deceso de Hernández, el saldo de la violencia que se registró el pasado 8 de abril en la localidad ya referida, incluye tres víctimas muertas, una de ellas asesinada por delincuentes y dos policías linchados, además de un sobreviviente.
EL UNIVERSAL