El hombre fue descubierto por el novio de la menor de edad, él se percató de que había cámaras en los peluches. Pero no sólo eso, también utilizaba fármacos para causarle somnolencia y abusar de ella.
La menor explica que en las noches le daba un té que la hacía sentir muy cansada. De acuerdo, a las autoridades, las imágenes son perversas, en los USB encontraron grabaciones en las que se ve agrediendo a la menor.
Lo más alarmante, es que el abusador ya llevaba siete años viviendo con la menor y su madre.
Sin embargo, ninguna de las dos se había dado cuenta, hasta que el novio de la menor se dio cuenta de que había una cámara en el peluche y de inmediato llamaron a la Guardia Civil.
En el momento que el abusador se dio cuenta de que lo estaban buscando, intentó huir y se salió con la suya durante tres semanas, rentando diferentes viviendas, pero afortunadamente pudieron detenerlo en la estación de autobuses de Málaga.
Por lo pronto, ya está en prisión y la carpeta de investigación sigue abierta, pues quieren determinar si hay más material contra la menor u otras posibles víctimas.