Las investigaciones preliminares de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), establecieron que el hombre asesinado en la plaza principal “Benito Juárez” frente a la Catedral La Medalla Milagrosa, fue privado de la vida por una mujer, la cual pertenecía a su mismo círculo social de bebedores consuetudinarios y quien es practicante de karate.
Este es el tercer caso de un indigente asesinado por sus propios compañeros, siendo el caso más antiguo el 27 de septiembre de 2022 cuando dos hombres ingerían bebidas embriagantes en un domicilio y tras discutir, el otro lo privó de la vida a cuchilladas.
Un caso similar se dio el 20 de mayo de 2023, cuando dos indigentes bebían en plena plaza Benito Juárez y otro de los bebedores consuetudinarios identificado como Pedro B.C., se les acercó y sin mediar palabras los acuchilló, logrando sobrevivir Mario Mateo C.B. de 37 años, mientras el otro hombre que nunca fue identificado perdió la vida ahí mismo esa madrugada.
En este último caso registrado la tarde del miércoles, en las entrevistas de la AEI con algunos de los indigentes que se concentran en la plaza pública para ingerir bebidas embriagantes y pedir dinero a los transeúntes, trascendió que la víctima y su presunta asesina tenían una relación sentimental, y que ella es indigente de Nuevo Casas Grandes pero originaria de Ciudad Juárez.
Por tratarse de una persona sin hogar que deambula por Nuevo Casas Grandes, principalmente en la zona Centro, la víctima no ha podido ser identificada y aunque las autoridades de la AEI, adscritas a la Fiscalía General del Estado (FGE) de la Zona Noroeste, tienen un nombre referido por los amigos, están a la espera de que algún familiar se acerque a reclamar el cuerpo para dar a conocer su identidad de manera oficial.
Lo único que se dijo es que el hombre tendría entre 35 y 40 años, y de acuerdo a los resultados de la autopsia, presentó severos golpes diversos en todo el cuerpo, incluyendo la cabeza, detectándose que la causa de muerte, fue por traumatismo craneoencefálico, pues uno de esos golpes se hundió en su cráneo.
Se estableció en la indagatoria de este homicidio, que el hombre frecuentemente presentaba el rostro hinchado y los ojos cerrados de los golpes que le propinaba su “novia” karateca, la cual gustaba de practicar sus conocimientos en las artes marciales no solo contra el hombre con el que supuestamente tenía una relación sentimental, sino con otros miembros del grupo de bebedores.
Se agregó que por lo común, la mujer le propinaba los golpes cuando el hombre se hallaba en estado semiinconsciente por su estado de embriaguez, por lo que se descarta que la muerte se haya dado en riña, y que más bien se trató de un homicidio con penalidad agravada.