El reciente asesinato de Alejandro Arcos Catalán, alcalde de Chilpancingo, ha conmocionado a la sociedad mexicana. Apenas seis días después de asumir el cargo, fue brutalmente asesinado. Su trágico final se suma a una creciente lista de víctimas políticas en Guerrero, una entidad marcada por la violencia y el narcotráfico. En su discurso de toma de posesión, Arcos hizo un llamado urgente a la paz y solicitó apoyo a la comunidad y a los gobiernos federal y estatal.
La súplica de Alejandro Arcos: “Ayúdenme a construir la paz”
El 30 de septiembre, Alejandro Arcos asumió como alcalde de Chilpancingo en una ceremonia solemne. En su primer discurso, Arcos hizo una petición emotiva a la ciudadanía y a las autoridades: “Con el corazón en la mano, ayúdenme a luchar y construir la paz.” Su mensaje reflejaba la gravedad de la situación de violencia en Guerrero, un estado donde la seguridad es un desafío constante.
Un llamado a los tres niveles de gobierno y a la sociedad civil
Arcos convocó a los gobiernos federal, estatal y local, a empresarios y a la sociedad civil a unirse en la lucha por la paz. “La seguridad requiere el compromiso de todas y todos,” afirmó. Su mensaje se centraba en la necesidad de trabajar de manera conjunta para enfrentar la violencia que azota a Chilpancingo desde hace varios años. Este pedido de ayuda resonó profundamente entre los habitantes de Guerrero, quienes se han visto afectados por la violencia del crimen organizado.
La lucha contra el crimen organizado en Guerrero
El estado de Guerrero ha sido uno de los más golpeados por la violencia en México. La ubicación estratégica de Chilpancingo en la costa del Pacífico ha convertido a esta región en un punto clave para el tráfico de drogas, lo que ha llevado a enfrentamientos entre grupos criminales y autoridades. En su discurso, Arcos se comprometió a no pactar con criminales y a trabajar por el bienestar de las familias de Chilpancingo.
La presencia de la Iglesia en su toma de posesión
El obispo emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, conocido por su papel en la mediación con el narcotráfico, asistió a la ceremonia de toma de posesión. La presencia del obispo subraya la gravedad de la situación en la región, donde las autoridades religiosas han jugado un papel importante en la búsqueda de la paz y la negociación de treguas con los grupos criminales.
Un último mensaje de esperanza antes de su asesinato
Dos días antes de su asesinato, Arcos fue entrevistado por Pascal Beltrán del Río, en donde habló sobre el asesinato de su secretario general, Francisco Tapia, ocurrido el 3 de octubre. Aunque reconoció que el crimen podría interpretarse como una amenaza, Arcos afirmó que no había recibido amenazas directas. Este contexto revela la tensión y el peligro constante en el que viven los políticos de Guerrero, muchos de los cuales han perdido la vida en su intento de servir a la comunidad.
Guerrero, un estado bajo amenaza constante
Desde 2006, la violencia en México ha cobrado más de 450 mil vidas y decenas de miles de desaparecidos. Guerrero se encuentra entre los estados más afectados por esta crisis, debido a la influencia de los cárteles de la droga y la corrupción política. Alejandro Arcos, a pesar de la violencia que lo rodeaba, asumió su cargo con la esperanza de hacer una diferencia en su comunidad.
La Fiscalía General del Estado ha iniciado una investigación para esclarecer el asesinato de Arcos. Mientras tanto, su llamado a la paz permanece, recordando a los habitantes de Chilpancingo la importancia de luchar juntos por un futuro más seguro y justo.