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Francisco Labastida Ochoa (Los Mochis, Sinaloa 82 años) quiso poner punto final a su participación en la vida pública del país hace 25 años, cuando siendo candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la presidencia de México frente a Vicente Fox, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), dejando atrás 70 años ininterrumpidos de gobiernos priistas. Las circunstancias lo mantuvieron seis años más de lo previsto para luego cumplir su promesa de alejarse de la política. Hoy regresa al escenario público en un último intento, dice, de ayudar a comprender los problemas del país y proponer soluciones. La duda sistemática (Grijalbo, 2024), título de su autobiografía política, narra los hechos que vivió de propia mano durante 45 años como funcionario y tira algunas pinceladas de las circunstancias que llevaron a algunos gobiernos priistas a tomar decisiones que repercuten en la vida del país y lanza algunas reflexiones sobre los gobiernos que siguieron tras la caída del priismo hasta hoy.
El político mexicano recibe a EL PAÍS en su estudio. De frente, una pared que parece extraída de un museo sostiene una vitrina que resguarda la carta que su abuelo, Francisco Labastida Izquierdo, entregó a su padre Eduardo Labastida Kofahl. “Todos los obstáculos de la vida se vencen con voluntad, cuando esta emana de un carácter firme, propio y libre”, se lee en la misiva que se ha convertido en su guía. A un costado un grabado original de Benito Juárez con su firma autógrafa. El político narra más allá del libro. Su primer y único acercamiento con Andrés Manuel López Obrador ocurrió 25 años atrás. “Prometí a mí mismo no volverlo a ver nunca en mi vida y lo he cumplido”, dice sobre el expresidente. De Claudia Sheinbaum tiene una buena impresión, tanto que no dudaría de colaborar como su asesor y sin retribución alguna. Sus cercanos se la han pintado inteligente, con carácter, dispuesta al diálogo, características que considera, pueden llevarla a deshacerse de la “herencia maldita” que le dejó su antecesor.
Pregunta. ¿Por qué escribir una autobiografía política en este momento?
Respuesta. Es mi último intento de tratar de contribuir a comprender los problemas del país y sus posibles soluciones. Una obligación moral para servirle a la sociedad.
P. ¿Por qué no menciona el sexenio de Carlos Salinas de Gortari?
R. No fui funcionario en su Gobierno.
P. ¿No hubo errores en el salinismo?
R. Por supuesto que sí. Estaba en boga de que los salarios no debían de crecer porque se generaba inflación, yo pensaba diferente. Por razones de justicia económicas, hay que aumentar los salarios. Discutí con Carlos Salinas varias veces ese punto.
P. ¿Ha pensado en una segunda parte de La duda sistemática? ¿Un capítulo para Carlos Salinas?
R. No lo he pensado. El presidente Salinas cometió algunos errores durante su Gobierno. Quienes estamos en el servicio público tenemos aciertos y errores. El puro tratado de libre comercio compensa todo. Hoy estamos viviendo gracias a ello, es la principal locomotora de la economía del país. No nos equivoquemos.
P. ¿Cuándo puso distancia de la vida pública?
R. La noche del 2 de julio del 2000 conversamos mi mujer y yo y le dije: mira chaparrita este asunto ya se terminó, no quiero seguir gastando tiempo en ello. Y no iba a ser senador (2006-2012), me lo pidió el partido y el gobernador.
P. ¿Ha tenido algún acercamiento con Andrés Manuel López Obrador?
R. En febrero de 1998, Cuauhtémoc Cárdenas, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, tenía un grave problema, se fundieron las bombas que compensan la contrapendiente del Gran Canal. Cuando vinieran las lluvias, se iba a romper el Gran Canal en Chalco. Se iban a inundar casas, a perder muebles, coches, iba a haber muertos y las aguas negras iban a llegar hasta el Zócalo de Ciudad de México. Andrés Manuel dice: bueno, pero esa lluvia va a caer también en el Estado de México, que lo arreglen ellos. No llegamos a nada. Invité a Cuauhtémoc a mi casa a otra reunión esperando que llevara al director de la Comisión de Agua del Valle de México. Llegó con Andrés Manuel. Tres sesiones y no llegamos a ningún acuerdo. [A Andrés Manuel] No le importaba nada, si se moría gente, se perdían coches, casas. Llegué a la conclusión de que era un ser inhumano y me prometí a mí mismo no volverlo a ver nunca en mi vida y lo he cumplido.
P. ¿Qué lectura le dio a su derrota en las elecciones presidenciales del 2000?
R. El presidente [Ernesto] Zedillo no quería que ganara el PRI. ¿Por qué? No lo sé. Quería pasar como el demócrata del país, no quería al partido, sobre todo después de lo de [Luis Donaldo] Colosio. Creo que no lo quería desde antes. Lo de Colosio lo afectó muchísimo. Fue un presidente honesto. La otra hipótesis, que hizo un compromiso con Estados Unidos.
P. ¿Cuál es su opinión del Gobierno de Rubén Rocha?
R. Ha habido gobernadores en Sinaloa y en otros Estados que han hecho tratos con el crimen organizado. Pero el primero que yo sé, que hace un acuerdo con ellos para llegar a la gubernatura, es [Rubén] Rocha Moya.
P. ¿Todos han estado coludidos?
R. No todos. En Sinaloa hubo gobernadores honestos, que no hicieron tratos con el narcotráfico.
P. ¿Qué condiciones considera que propiciaron la crisis que vive hoy Sinaloa?
R. Hubo muchos gobernadores después de mí que hicieron acuerdos con el narcotráfico.
P. ¿Qué pasó para que se saliera de control?
R. El Gobierno federal fue y es tolerante con algunos gobernadores. Eso lo está incentivando.
P. ¿El crimen organizado se acercó a usted?
R. No. Se los dije, desde el principio, que no iba a tener ningún acercamiento con ellos.
P. ¿Cómo considera que debe actuar el Gobierno frente a la embestida de Donald Trump?
R. Tenemos que ponernos de acuerdo en todo: en información, en estrategia y en acciones. Los aranceles le hacen daño a los dos países económicamente. Son un instrumento de presión y así tenemos que entenderlo. No conozco bien a Claudia [Sheinbaum] a diferencia de López Obrador, pero gente que la conoce bien me dice que es más inteligente que López, lo cual es fácil. Tiene más formación académica y no toma lesiones por capricho.
P. ¿Cómo ha visto la actuación de Sheinbaum?
R. En el tema de seguridad, estoy de acuerdo, me parece bien. No me gusta que la autoridad reguladora sea del Estado. La Comisión Nacional de Hidrocarburos, juez y parte, no es razonable, igual que el INAI. No es correcto.
P. ¿Cómo ve la estrategia de seguridad?
R. Están metiendo [a la cárcel] a gente encargada y con responsabilidad. Les están aplicando la ley.
P. ¿Puede Sheinbaum encontrar la balanza con Trump?
R. Depende de acá [de la inteligencia] y de la voluntad y de tener un buen equipo de negociadores. Debe tener tres personas muy buenas en Seguridad Pública, en Relaciones Exteriores y en Economía, que son las áreas críticas. [Omar] García Harfuch lo está haciendo muy bien.
P. ¿No hizo dinero en el servicio público?
R. Afortunadamente no. Para tener la boca grande hay que tener la cola corta y limpia. A mi me pueden acusar de nuevo pobre, no de nuevo rico.
P. ¿Qué opinión tiene del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
R. Lo digo y lo sostengo, es el peor presidente que ha tenido México en la época moderna. Un desastre prácticamente en todos los campos.
P. ¿Considera que Sheinbaum tiene oportunidad de revertir los errores?
R. Claudia Sheinbaum tiene una herencia maldita. No tiene recursos para salud, para seguridad pública, para infraestructura, todo está en los apoyos sociales. Si logran transformarse, superar los costos de la herencia maldita que recibieron de López Obrador. Arreglar algunos de los problemas les va a tomar mucho tiempo. Uno de los problemas más graves es la realidad. La realidad es apabullante, en términos económicos 0.8% de crecimiento, menos el 2% que le quitan al presupuesto federal. El escenario más dulce es que tengamos recesión este año. [El menos], qué tengamos una crisis.
P. ¿Por cuál se inclina más?
R. Creo que va a lograr que solo tengamos una recesión y va a ir haciendo cambios poco a poco. Están haciendo bien, metieron a presidentes municipales, a jefes de policía a la cárcel ¡Bien hecho!, un aplauso, están empezando. El poder se toma poco a poco. ¿Cuánto le tomó a Lázaro Cárdenas sacar al expresidente?, cerca de 20 meses. Es fundamental, [Sheinbaum] tiene que hacer los cambios. En diputados y senadores. Son un lastre.
P. ¿Hay esperanza de regresar la paz a Sinaloa y al país?
R. Sí, soy un optimista irredento. Algunas de las características de [Claudia Sheinbaum] que me describen mis amigos me hacen pensar que sí lo puede lograr. Dicen que tiene carácter, inteligencia, sabe escuchar, piensa las cosas. Son requisitos fundamentales para la responsabilidad que ella tiene. Deseo que le vaya muy bien.
P. ¿El PRI puede resurgir y liberarse de la concentración del poder?
R. Lo veo muy difícil. El que está al frente del partido [Alejandro Moreno] es impresentable por decirlo suavemente. Debería estar en la cárcel. Compró a los miembros del Consejo Político Nacional con puestos o con dinero. No es solo él sino los que están atrás. Necesita un cambio de fondo. Debe empezar con la autocrítica. Que acepte que cometió errores en el pasado. ¿No hubo rateros? ¿No hubo abusos del poder? Sí, los hubo, reconozcámoslo, si no cómo nos va a creer la gente.
P. ¿No hubo otra salida más que la renuncia a la militancia? ¿Pensó unirse al grupo de priistas que han puesto resistencia?
R. Les tengo mucho respeto a Dulce María Sauri, a Pedro Joaquín Coldwell. Es más fácil que dé afecto, soy muy exigente, les tengo respeto. Las posibilidades de que tengan éxito son muy escasas y no me gusta perder el tiempo.
P. ¿A qué se dedica?
R. Soy asesor. Gente de un país me acaban de encargar una cosa. Me preguntaron, ‘queremos ver qué tenemos que hacer para que no nos ocurra lo que le ocurrió a México’. En Seguridad pública y por la llegada de un Gobierno tan irracional como el que tuvimos.
P. ¿Con este libro concluye su aportación a la política del país?
R. Sí, aunque uno no puede predecir el futuro.
R. ¿Si lo llamaran de asesor de la presidencia aceptaría?
R. Sí, por supuesto. No hubiera aceptado con Andrés Manuel. Y si entrara lo haría sin ninguna retribución.
El País