Hartos los vecinos de Tixcacal: piden una ruta de camiones
Exjefe de Inteligencia israelí: En guerra con Irán sugiere atacar primero al sector energético
El exjefe de la Agencia de Seguridad israelí (ISA, por sus siglas en inglés), Ehud Schnerosen, afirmó este domingo que el primer blanco cibernético de cualquier conflicto militar futuro con Irán y la organización libanesa Hezbolá debería ser sus infraestructuras energéticas, reporta The Jerusalem Post. Durante su intervención en una importante conferencia sobre cibernética que se celebra en Israel, Schnerosen calificó al sector energético de "pilar crucial de la economía y sistema cardiovascular del Estado".
"No deberíamos atacar las fuentes de agua, la alimentación o el sistema de salud por motivos éticos, ni tampoco a los bancos, por el posible efecto mariposa", señaló Schnerosen. "El siguiente 11-S cibernético se producirá en el sector de energía", vaticinó.
El viernes, el líder supremo de Irán, Alí Jameneí, afirmó que Israel es "un Estado ilegítimo que pronto dejará de existir" y reiteró su llamada a celebrar un referéndum para determinar el futuro de Palestina, informa ese mismo periódico citando a la Agencia de Noticias de Estudiantes Iraníes.
Hay cambios en la estructura social yucateca, señala Luis Ramírez Carrillo
Ataque aliado a Libia
Terminó la cuenta regresiva. Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña abrieron fuego por mar y tierra para obligar a las tropas de Muamar Kadhafi a terminar con los ataques a civiles.
Aviones de combate franceses fueron los primeros en atacar en Benghazi, destruyendo tanques y vehículos blindados de las fuerzas de Kadhafi.
Horas después, buques y submarinos británicos, y estadounidenses lanzaron 110 misiles Tomahawk contra las defensas antiaéreas que rodean la capital Trípoli y la ciudad occidental de Misrata, que eran asediadas por las fuerzas del líder libio.
Kadhafi calificó la agresión de "cruzada y colonial". "Es necesario abrir los depósitos a las masas con todo tipo de armamento para defender la independencia, unidad y honor de Libia", dijo Kadhafi en un discurso televisado.
Una vez aprobada en la reunión de París la intervención militar en Libia, bautizada como "Odisea al amanecer", un avión francés lanzó el primer disparo en Benghazi contra las fuerzas leales de Muamar Kadhafi.
El ministro de defensa francés, Laurent Teisseire, informó que la misión pretende garantizar la exclusión del espacio aéreo y evitar ataques contra la población civil. Más tarde, Estados Unidos y Reino Unido se incorporaron a la operación militar.
Las tres potencias bombardearon territorio libio en nombre de una coalición internacional aprobada por la ONU, que ordena proteger a la población de la ofensiva lanzada por el régimen del coronel Kadhafi.
Barcos de guerra y submarinos de EE.UU. y Gran Bretaña lanzaron más de 110 misiles de crucero Tomahawk contra los sistemas antimisiles libios y alcanzaron más de 20 objetivos, según informó el Pentágono.
Un portavoz del ejército libio denunció que las fuerzas "enemigas" habían bombardeado objetivos civiles en Trípoli, Misrata, Zuara y Benghazi, así como un hospital en Bir Osta Miled, a 15 km al este de la capital.
Miles de personas huían de Trípoli, pasto de varios incendios. En un comunicado informó que la "agresión es bárbara".
"Hemos aceptado la resolución y hemos anunciado un alto el fuego, pero no debilitará nuestro espíritu. Seguiremos luchando contra Al Qaeda", anunció.
Dispuestos a morir
"Todo el pueblo libio está conmigo y están dispuestos a morir por mí, los hombres, las mujeres y los niños", dijo Kadhafi, citado por un portavoz del régimen, en un mensaje enviado al presidente estadounidense, Barack Obama, y al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Kadhafi también envió una carta a los gobernantes de Francia y Gran Bretaña, para decirles que la resolución viola la carta de las Naciones Unidas y señalar que lamentarían cualquier intervención. "Libia no es para ustedes, Libia ara para los libios", sentenció.
La televisión de Libia difundió imágenes de millares de personas concentradas en Bab el Aziziya, en el Palacio de Kadhafi en Trípoli, así como en los aeropuertos de la capital, de Sebha y de Sirte, al sur del país, denunciando la intervención militar extranjera.
En el Palacio de Trípoli, mujeres con niños en los brazos, hombres, ancianos y niños exhibían banderas verdes, símbolo del régimen libio y retratos de Kadhafi con eslogans que exaltan la gloria de sus hazañas.
Los ataques por mar y aire son coordinados desde un cuartel general americano ubicado en Alemania, según informó un responsable francés. El almirante estadounidense Bill Gortney dijo que la operación tendrá varias fases y se prolongaría varios días.- France Presse, El País, AP y El Mund
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Esperanzador progreso en la planta Fukushima
Tokyo Electric Power (Tepco) restableció hoy sábado la electricidad que alimenta elsistema de refrigeración de la central de Fukushima Daiichi, aunque continúa el lanzamiento de agua al reactor 3.
El reactor 2 ya tiene electricidad, pero sigue la crisis nuclear
Tras la conexión eléctrica, las autoridades japonesas confían en empezar el bombeo de agua necesario para enfriar los reactores, expuestos durante los últimos días a temperaturas muy elevadas, y que incluso han llegado a quedar al descubierto por falta de líquido.
Antes del anuncio, el gobierno de Japón había elevado el nivel de catástrofe nuclear de 4 —en la escala Internacional de Eventos Nucleares (INES)—, a 5.
Palabras de aliento
“El país superará esta tragedia y se reconstruirá como nación”, afirmó el jefe del gobierno.
Kan reconoció que la central de Fukushima continúa enfrentando “enormes dificultades”, pero prometió que el Estado controlará enérgicamente la situación en la zona.
Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano.
Amano anunció que la AIEA medirá el nivel de radiactividad en Tokio, sin duda a partir ayer al anochecer, según declaraciones difundidas por la agencia de noticias japonesa Jiji.
En Viena, un experto de la AIEA dijo que la situación de la planta no había empeorado significativamente en las últimas 24 horas.
Unas 500,000 personas que perdieron sus hogares cuando el maremoto devastó la costa del noreste de Japón sobrevivían bajo condiciones durísimas, luchando por encontrar calor en temperaturas glaciales y con escasos suministros de alimentos y combustible.
El número confirmado de muertos en el terremoto y el tsunami llegó a 6,539, según el último balance provisorio.
Se observó un momento de silencio ayer por la tarde, exactamente una semana después de que se produjera el sismo de magnitud 9.0.
La principal preocupación estaba centrada en la planta Fukushima 1. El temor a sufrir radiaciones desencadenó un éxodo de extranjeros, sobre todo después de que Gran Bretaña, Francia y otros países aconsejaron a sus ciudadanos que partieran de Tokio.
Japón indicó que los niveles de radiación de esta planta nuclear, situada a 250 km al noreste de la capital, no plantea una amenaza a la salud fuera de una zona de exclusión de 20 km, a pesar de niveles ligeramente elevados registrados en Tokio a principios de esta semana.
El aumento del accidente al nivel 5 indica “un accidente con amplias consecuencias”, de acuerdo con la INES.
Muchos países trasladaron sus embajadas fuera de Tokio, y el pánico se contagió a otras naciones. En Estados Unidos se observaban colas para comprar pastillas de yodo. En los aeropuertos asiáticos sometían a los pasajeros procedentes de Japon a exámenes para ver si estaban contaminados por la radiación.
Se está organizando una gran operación internacional para socorrer a las personas que perdieron sus hogares y a millones de habitantes que carecen de agua, electricidad, combustible o alimentos en el noreste del país.
destruidas por el terremoto y el tsunami en ciudades y aldeas, reduciendo las esperanzas de encontrar supervivientes bajo los escombros.
En la planta, los obreros trabajaban arduamente para enfriar los reactores.
Cinco camiones del departamento de bomberos de Tokio especialmente equipados lanzaban agua rotándose cada 20 minutos a medianoche para tratar de controlar los recalentados reactores y los tanques de almacenamiento de combustible, conocidos como piscinas de contención, indicó una fuente oficial.
Ayer, seis camiones de Defensa Civil echaron unas 50 toneladas de agua de mar en uno de los reactores en dificultad.— France Presse, El País y El Mundo
Desde hoy, los ataques a Libia
El canciller francés, Alain Juppé, aseguró ayer que todo está listo para lanzar ataques militares en Libia, luego de la resolución avalada por la ONU.
http://www.yucatan.com.mx/rebelionarabe/
PARÍS, Francia (France Presse).— Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y algunos países árabes emplazaron al líder libio, Muamar Kadhafi, a poner fin de “inmediato” a “todos los ataques” contra la población, so pena de una intervención militar autorizada por la ONU.
En un comunicado, la presidencia francesa expone al coronel Muamar Kadhafi: “Francia, con Estados Unidos, Gran Bretaña y algunos países árabes exigen que ponga en marcha un alto el fuego inmediatamente, es decir, que todos los ataques contra civiles deben acabar”.
“Quiero ser muy claro. Las condiciones no son negociables. Y si Kadhafi no cumple con las resoluciones éstas serán impuestas mediante una acción militar”, dijo enfático.
De hecho, Estados Unidos envió más buques de guerra al Mediterráneo para apoyar eventuales acciones militares.
El régimen de Kadhafi anunció ayer un alto el fuego, pero los combates se siguen registrado en los alrededores de la ciudad de Ajdabiya, uno de los bastiones de los rebeldes libios.
Sentado en un colchón tendido sobre la arena, Yusef acaricia su ametralladora, a lo lejos, cerca de Ajdabiya, las explosiones resuenan en el desierto. “Nos sentamos y luego volvemos a ir”, dice el rebelde. Ni él ni el Ejército parecen estar al tanto del alto el fuego.
“Hay un centenar de soldados de Kadhafi que combaten contra nosotros en Zuuaytina”, un pueblo costero a unos treinta kilómetros al noroeste de Ajdabiya, asegura Yusef al Shwaidi.
“Desde el jueves bombardean la región con intermitencia”, dice. A media tarde, una decena de fuertes explosiones resonaron en el cielo libio.
En Trípoli, el régimen anunció un alto el fuego inmediato. Pero a mil kilómetros de allí, en el desierto salpicado por algunas hierbas silvestres y donde los dromedarios son los únicos que rompen la línea del horizonte, nadie escuchó hablar del fin de los combates.
Sólo un equipo del canal CNN y un periodista de France Presse están al tanto del anuncio en ese lugar. Y por la falta de comunicaciones telefónicas, los rebeldes se preparan simplemente para un día más de combates.
La línea de frente, que no cambió desde hace una semana, corre alrededor de Ajdabiya y zigzaguea del mar Mediterráneo a la ruta que lleva a Tobruk.
En tanto, Italia puso ayer a disposición “sus bases militares” en cumplimiento de la resolución adoptada por la ONU para la creación de una zona de exclusión aérea en Libia, lo que suscita preocupación ya que teme represalias de Kadhafi.
“Estamos preocupados. Italia es el país más cercano, más expuesto, con muchos intereses”, reconoció el ministro de Defensa italiano, Ignazio La Russa, al ilustrar ante las comisiones de Relaciones Exteriores del Parlamento las decisiones adoptadas por el gobierno conservador de Silvio Berlusconi.
Italia, ex potencia colonial en Libia y primer socio comercial de ese país hasta hace pocos días, decidió participar de manera “activa” en la delicada intervención militar en cumplimiento de la resolución de la ONU adoptada el jueves.
Para demostrar su “absoluta lealtad” a la Unión Europea y a la Alianza Atlántica, como precisó La Russa, Italia puso a disposición siete bases aéreas, entre ellas Sigonella, en Sicilia, una de las más próximas a Libia.
Entre los recursos que Italia ofrece a la coalición internacional figura la neutralización de radares y medios de defensa anti-aérea
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