Se trataba de un joven jugador de la International Tennis Federation, “uno de esos que se encuentra a la altura del número 20 del ranking y compite y se deja ganar por el número 100”, señala el investigador. Cuanto más concreta es la apuesta más margen de beneficio hay: “No tiene el mismo valor decir que alguien va a ganar, que cómo, dónde y cuándo va a hacerlo, por ejemplo”. Ahí está la clave. Hay que bajar al detalle de las pequeñas competiciones.
“Son siempre apuestas con deportistas de medio pelo, algunos no pueden pagarse los torneos y buscan este tipo de fórmulas para subvencionarse los viajes; otros son tentados por antiguos jugadores y acceden al amaño por un módico precio”, explica uno de los especialistas en este delito de nuevo cuño, tipificado desde 2010 en el Código Penal (Art. 286 Bis) como “Corrupción entre Particulares”, una suerte de "cohecho a escala deportiva" penado con entre seis meses y cuatro años de prisión. "Es un tipo de delito que elimina algo sagrado: la libre competencia, se adulteran las reglas del juego", apostilla otro investigador.
La proliferación de casas de apuestas, tanto on line como presenciales —“Los nuevos “Compro oro” en España”, compara un policía— viene acompañada del fraude en este juego a escala planetaria: “Se puede acceder a campeonatos de toda clase de deportes y deportistas del mundo entero”, señalan. Y, para dar cuenta de su poderío, señalan que ahora son esas casas de apuestas las que patrocinan encuentros, clubes y deportistas, en lugar de las marcas de refrescos o de ropa deportiva; las que meten publicidad en los programas deportivos.
La ecuación de este lucrativo negocio es muy sencilla: “Es realizar un apuesta segura, con un beneficio razonable (“entre cinco o diez euros por uno”) de manera masiva, y repetir ese modus operandi muchos días con otras distintas, incluso de deportes de distintos de rango similar, el enorme beneficio se obtiene por acumulación”. Para eso se necesitan unos recursos humanos y un sistema recaudatorio que los grupos de crimen organizado ya tienen y aprovechan, uniendo este tipo de estafa a sus muchas actividades delictivas.
La ventaja de esta fórmula de las apuestas deportivas es que es muy difícil de detectar y muy difícil de investigar. “La mula puede ser un ama de casa, un estudiante, un indigente, uno que pasaba por ahí, cualquiera puede hacer esa apuesta a cambio de muy poco o extorsionado, depende de cómo sea de violenta la organización”, explican los investigadores. El beneficio por apuesta nunca puede superar los 2.500 euros, que es el dinero máximo que permite la Ley mover sin dar cuentas. “Pero si ese beneficio es de muchos, y es diario, acaba siendo mucho dinero”, señalan. “Para cuando la casa de apuestas se percata de que está ocurriendo algo raro, ya ha sucedido, aunque de inmediato bloquee esa posibilidad, porque tampoco puede permitirse perder más de lo previsto”.
Los damnificados en esta proceso de corrupción son los compañeros de equipo (si los tuviera) del jugador que a acepta el soborno, la sociedad deportiva a la que pertenece, los aficionados del club y las casas de apuestas, a las que acuden de manera presencial para no dejar rastro alguno en Internet.
Miles de euros salen de esos centros de juego presenciales, como Codere o Sportium, con destino a lo que la mafia rusa denomina “Caja Única” (Ouschak), similar a la de la “Seguridad Social”, con la diferencia de que todo su dinero proviene de actividades ilegales: robos, extorsiones, contrabando, tráfico de drogas, blanqueo… Esa es la caja que manejan los llamados Vor, los capos, ellos deciden en donde reinvierten sus beneficios: en bienes, en armas, “o en pagar a más deportistas para seguir su juego”, y esta última modalidad está en auge porque pasa muy desapercibida.
Tenis, Voley Playa, o Hockey sobre hielo
En el transcurso de la operación Kus-Napols, los agentes han obtenido pruebas de otras presuntas trampas en encuentros deportivos, por ejemplo, en partidos de voley playa femeninos de equipos rusos o en torneos de tenis.
Esta es solo una de las especialidades delictivas que los investigadores atribuyen a los arrestados. Además, se les considera autores de numerosos robos en viviendas, contrabando de tabaco, tráfico de drogas (sobre todo marihuana), prostitución...
Más de cincuenta de los132 detenidos han sido enviados a prisión por la jueza del juzgado de Instrucción número 2 de Terrasa (Barcelona), que ha contado con el apoyo de la Fiscalía especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada.
Fuente: El País