Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
La reacción está a la altura de quien la firma, aunque las dudas no se van con la victoria. En la reanudación de su primer partido en Roland Garros, aplazado el lunes a última hora por la aparición de la lluvia, Rafael Nadal remonta un 0-3 en la tercera manga (encadena tres juegos consecutivos de 0-3 a 3-3), salva cuatro pelotas de set en el tie-break de ese set y termina ganando 6-4, 6-3 y 7-6 a Simone Bolelli para citarse en la segunda ronda con Guido Pella, vencedor 6-2, 6-3 y 6-4 de Joao Sousa. El campeón de 16 grandes, en cualquier caso, tiene tarea: el marcador de su debut en París no oculta las malas sensaciones.
El lunes por la noche, cuando ya es oficial que la jornada está suspendida, Nadal se vuelve al hotel, escucha el análisis de su equipo y luego reflexiona sobre lo que ha ocurrido. Sí, las dos primeras mangas del partido le pertenecen y aunque pierde 0-3 en la tercera todavía tiene margen para solucionarlo, como acaba sucediendo, pero hay algo claro: Bolelli le ha puesto en apuros durante todo el encuentro porque ha decidido jugar a cara o cruz, utilizar la vía directa, apostar por ser muy agresivo y atacar a tumba abierta cada bola.
Esa táctica, que por supuesto no garantiza el éxito, es quizás la única manera de meterle mano al español sobre tierra batida a cinco mangas. ¿Qué puede hacer si no el italiano? ¿Ponerse a pelotear con Nadal desde el fondo de la pista? ¿Jugar a ver quién de los dos pasa más pelotas y caer de lleno en la trampa de su contrario? ¿Desgatarse físicamente, hundirse mentalmente y perder la fe en lograr algo que ya es prácticamente imposible?
En la reanudación, y aunque el número uno neutraliza de entrada la ventaja del italiano (de 0-3 a 3-3), Bolelli insiste en pelear sus opciones con un tenis descarado que desarma al español, acribillado por los golpes ganadores que su contrario fabrica y que le sirven para procurarse cuatro bolas de break (con 4-3) que Nadal salva apretando los dientes, agarrándose con todo lo que tiene a la tierra y defendiendo cada embestida con el alma, lo mismo que ocurre cuando Bolelli tiene cuatro pelotas para ganar el tercer set (6-3 en el tie-break, y luego 7-6) y el mallorquín las aborta una a una.
Aunque la clasificación para la segunda ronda del torneo le pertenece al mallorquín, un síntoma al que prestarle atención: Nadal aprieta el puño más de 10 veces en su debut, un gesto poco habitual en una ronda tan temprana que habla de sufrimiento y trabajo por hacer.
La reacción está a la altura de quien la firma, aunque las dudas no se van con la victoria. En la reanudación de su primer partido en Roland Garros, aplazado el lunes a última hora por la aparición de la lluvia, Rafael Nadal remonta un 0-3 en la tercera manga (encadena tres juegos consecutivos de 0-3 a 3-3), salva cuatro pelotas de set en el tie-break de ese set y termina ganando 6-4, 6-3 y 7-6 a Simone Bolelli para citarse en la segunda ronda con Guido Pella, vencedor 6-2, 6-3 y 6-4 de Joao Sousa. El campeón de 16 grandes, en cualquier caso, tiene tarea: el marcador de su debut en París no oculta las malas sensaciones.
El lunes por la noche, cuando ya es oficial que la jornada está suspendida, Nadal se vuelve al hotel, escucha el análisis de su equipo y luego reflexiona sobre lo que ha ocurrido. Sí, las dos primeras mangas del partido le pertenecen y aunque pierde 0-3 en la tercera todavía tiene margen para solucionarlo, como acaba sucediendo, pero hay algo claro: Bolelli le ha puesto en apuros durante todo el encuentro porque ha decidido jugar a cara o cruz, utilizar la vía directa, apostar por ser muy agresivo y atacar a tumba abierta cada bola.
Esa táctica, que por supuesto no garantiza el éxito, es quizás la única manera de meterle mano al español sobre tierra batida a cinco mangas. ¿Qué puede hacer si no el italiano? ¿Ponerse a pelotear con Nadal desde el fondo de la pista? ¿Jugar a ver quién de los dos pasa más pelotas y caer de lleno en la trampa de su contrario? ¿Desgatarse físicamente, hundirse mentalmente y perder la fe en lograr algo que ya es prácticamente imposible?
En la reanudación, y aunque el número uno neutraliza de entrada la ventaja del italiano (de 0-3 a 3-3), Bolelli insiste en pelear sus opciones con un tenis descarado que desarma al español, acribillado por los golpes ganadores que su contrario fabrica y que le sirven para procurarse cuatro bolas de break (con 4-3) que Nadal salva apretando los dientes, agarrándose con todo lo que tiene a la tierra y defendiendo cada embestida con el alma, lo mismo que ocurre cuando Bolelli tiene cuatro pelotas para ganar el tercer set (6-3 en el tie-break, y luego 7-6) y el mallorquín las aborta una a una.
Aunque la clasificación para la segunda ronda del torneo le pertenece al mallorquín, un síntoma al que prestarle atención: Nadal aprieta el puño más de 10 veces en su debut, un gesto poco habitual en una ronda tan temprana que habla de sufrimiento y trabajo por hacer.
Fuente: El Español