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Indígenas mayas de Yucatán están molestos porque van a poner un criadero de cerdos cerca de los cenotes. Temen que el agua se vuelva cochina, que apeste y se vayan los turistas. Se quejan de que el estudio de impacto ambiental que avaló el Gobierno para dar el permiso al criadero de marranos lo firmó un dentista.
Son lugares sagrados para los mayas, sus aguas cristalinas están asociadas a rituales mágicos, culturales y espirituales. Son sitios que maravillan a mexicanos y extranjeros. En 2013, el gobierno de Yucatán decretó que los cenotes sean protegidos y se evite su contaminación, ya que son un baluarte de la entidad.
Sin embargo, los pueblos mayas de la región están desconcertados porque dicen que ahora el mismo gobierno ahora permitió que sean contaminados.
Autorizó el funcionamiento de una granja porcícola en el municipio de Homún, ubicado en la reserva “Anillo de los cenotes”, declarada área natural protegida para la conservación del medio ambiente, sobre todo, para la conservación de la pureza del agua subterránea que alimenta a 99 cenotes, según el decreto del Gobierno del estado.
Gabriel Pech, habitante de Homún, Yucatán, explica: “Sabemos que va a contaminar nuestras aguas, no nada más los cenotes. Tenemos una preocupación de que todavía la población existe un gran porcentaje de gente que toma agua de pozo”.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán reconoció en la manifestación de impacto ambiental que se aprobó, que el área donde se ubicará el criadero de cerdos es una zona con frágil equilibrio ecológico y son sistemas interconectados con aguas subterráneas.
Un análisis técnico de la manifestación de impacto ambiental, realizado a petición de los pobladores por Virgilio Góngora, doctor en Ingeniería Ambiental, determina que el funcionamiento de la megagranja dañará de forma inminente e irreversible el medio ambiente de Homún y los municipios aledaños.
Los denunciantes señalan que para la aprobación de la granja porcícola, el gobierno de Yucatán omitió que en la zona se encuentra la laguna de Yalahau, declarada sitio RAMSAR, es decir, un humedal de importancia internacional con especies de flora y fauna en peligro de extinción, según lo mencionó en la declaración de Área Natural Protegida.
Los pobladores de Homún, donde se construye ese criadero de cerdos, señalan que la aprobación de dicha granja tiene otras irregularidades. Como que el presidente municipal otorgó la licencia de uso de suelo sin la autorización del cabildo, la cual meses después fue revocada. También acusan que como pueblo indígena maya no se les consultó sobre el proyecto, cuando la ley de pueblos indígenas establece que debe hacerse.
Raciel Villegas, abogado especialista en temas ambientales y asesor de los pobladores de Homún, señala que el proyecto de la gran porcícola en Homún no cumple con la normativa ambiental, ya que se trata de un terreno forestal de 115 hectáreas que fueron desmontadas y por lo tanto la empresa debió avisar a la Semarnat, pero no lo hizo.
No solamente es un área natural protegida estatal, la Conabio además dijo que es una zona marina prioritaria y una zona hidrológica de atención especial. Si a eso le sumas que el programa de ordenamiento ecológico del territorio de Yucatán te dice que las únicas unidades de gestión ambiental que sí tienen la vocación para ese tipo de actividad están al noreste del estado y el proyecto no está en el noreste, no debieron haberla autorizado”, señala el abogado Raciel Villegas.
Los habitantes de Homún que emprendieron una lucha legal contra el funcionamiento de la granja porcícola dicen que su temor es que el olor de los cerdos y la contaminación del agua de los cenotes ahuyente el turismo, actividad de la que depende la mayoría de los pobladores.
Todas esas aguas negras vendrían vertiéndose a las profundidades de los cenotes y ya se contaminaría todo lo que son los lugares y se acabaría lo que es la naturaleza, destruiría todo lo que son los cenotes”, dice un guía de turistas de Homún.
El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán, Eduardo Batllori, afirma que la granja porcícola de Homún cumple con el programa de ordenamiento ecológico.
El funcionario minimizó que la manifestación de impacto ambiental la haya elaborado una dentista. Dijo que la ley no obliga a que sea un especialista en medio ambiente el que la haga, sino que puede ser cualquier persona con cédula profesional. Asegura que se pusieron varias condiciones para el funcionamiento de la granja.
A esta granja le empezamos a hacer prevenciones, nos dijo, voy a poner un biodigestor, le dijimos no, no te aceptamos biodigestor. O me pones una planta de tratamiento o simplemente no te voy a dar la autorización. Y me tienes que tener además la planta con el diseño final construida y no te permito inyectar las aguas al manto freático”, dice Eduardo Batllori.
El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán defiende el funcionamiento de la megagranja ya que, según él, esa zona está llena de criaderos de cerdos.
Si cerramos esas granjas y no le damos oportunidad para que puedan mejorar sus procedimientos, qué va a pasar con esas personas”.
Los pobladores dicen lo contrario. Doroteo Hau Kuuk, habitante de Homún, señala: “Hace 15 años que fue esa actividad, ahorita, totalmente no existe una granja aquí en Homún. El compañero de Seduma nos gustaría que venga, porque él tiene un padrón en su poder donde dice él que sigue vigente la actividad porcícola. Nos gustaría acompañarlo para que nos muestre dónde están. Que nos demuestre con hechos, no solo inventar en palabras”.
La oposición a la granja porcícola en Homún empezó a crecer en Yucatán. El sábado 3 de marzo se realizó la primera marcha en defensa de los cenotes.
El gobierno de Yucatán señala que será un tribunal el que resuelva el destino de la granja porcícola al decidir si es válida la revocación de uso de suelo que hizo el Ayuntamiento de Homún. Noticieros Televisa.