El Centro Histórico de Mérida, considerado entre las 20 ciudades más importantes a nivel nacional por su belleza arquitectónica, requiere de una reingeniería para dar prioridad al ciudadano y mover los paraderos de las 106 rutas de transporte público que ahí se concentran, a fin de evitar accidentesque tan solo en las últimas dos semanas han cobrado la vida de adultos mayores.
Aunque la propuesta no es nueva, cobra relevancia la idea de peatonalizar las primeras manzanas del centro de Mérida debido a la crítica situación que diariamente se padece en esta zona de la ciudad.
Esto se debe a la convergencia de miles de peatones, cientos de unidades del transporte público y taxis, así como decenas de comerciantes ambulantes y automovilistas en general, situación que ha traído como consecuencia accidentes fatales que le han costado la vida a personas de la tercera edad al ser atropelladas por conductores del transporte público que, para variar, han sido deslindados de la responsabilidad.
Pero no solo la inseguridad para peatones es una de las razones para promover la peatonalización del centro histórico de Mérida, alejando unas manzanas los paraderos del transporte público, sino también la reflexión que los peatones del centro histórico de Mérida son los potenciales compradores, al ser estos lugares importantes focos de atracción de paseantes locales y turistas.
Esta relación no ha estado exenta de controversia, ya que, por lo general, los comerciantes han huido de cualquier cambio de su entorno al creer erróneamente que la mayoría de sus clientes llegan en coche hasta la puerta de su establecimiento.
A este respecto, Freddy Moo Mendoza, analista de espacios y movilidad del Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, menciona que la propuesta de peatonalizar las primeras manzanas del centro Histórico de Mérida implica muchas voluntades, ya que hay escepticismo por parte de los empresarios y comerciantes, pues las autoridades tendrían que asumir el costo político.
Además de estar considerado entre los cinco cascos históricos más bellos, el de Mérida es también uno de los más extensos del país, por lo que de acuerdo con el especialista, complica aún más la posibilidad de convertir esta zona exclusivamente para andar tal como ya se ha hecho en otras ciudades, pero aunque es complicado no resulta imposible, asegura.
Moo Mendoza destaca que la problemática del Centro Histórico de Mérida sobresale por su complejidad debido al sistema de transporte urbano que tiene en esta zona sus principales paraderos y sus áreas de transbordo obligado para quienes se trasladas de un extremo a otro de la ciudad.
Los paraderos de las 106 rutas están en el primer cuadro de la ciudad de Mérida, en algunos lugares se concentran 4 rutas; la ubicación de los paraderos determina la congestión vehicular dentro del centro histórico y es su estructura arquitectónica lo que condiciona su vocación peatonal, agrega.
“En nuestro propio centro histórico de Mérida, ya tenemos ejemplos con calles peatonalizadas y de los beneficios que esta iniciativa puede acarrear para la ciudad, sus habitantes, visitantes sin olvidar al comercio, ejemplo de esto son el pasaje de Eulogio Rosado y el Parque de la Madre”, señala.
No tendría que ser un cierre a la circulación radical, sino aplicar y hacer que se respete las zonas 30 es decir, el tráfico rodado a 30 kilómetros por hora; aplicar programas permanentes de educación vial al peatón, como el cruce en las esquinas y en los pasos; el peatonalizar una zona no relega las otras formas de convivencia, pero insisto, falta voluntad, por ejemplo en las rutas del transporte que no respetan sus recorridos.
Se requiere buenas voluntades y la aplicación de la normativa, ya que sabemos que existen planes de movilidad, está el plan maestro de movilidad urbana, el ayuntamiento firmó la Carta Mexicana de los Derechos del Peatón pero no se aplica.
En su estudio más reciente el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) hace un llamado a los gobiernos locales a diseñar y ejecutar planes estratégicos de movilidad que tengan como prioridad a las personas. Esto tiene un impacto favorable en el desarrollo económico regional, la planeación urbana, la capacidad adquisitiva de las familias, así como en la salud y la equidad entre los mexicanos.
La gran mayoría de las autoridades locales que han privilegiado el uso del automóvil particular. Como resultado de esta política y de acuerdo con estimaciones del IMCO, entre 1990 y 2015 el parque vehicular a nivel nacional aumentó a una tasa promedio anual del 5.3 por ciento, mientras que la población lo hizo a un ritmo del 1.5 por ciento. Asimismo, estas políticas han llevado a un crecimiento desordenado de las ciudades, al uso ineficiente de recursos públicos en la construcción de infraestructura, lo que significa que se construye para los automóviles pero no para los peatones; a problemas de congestionamiento y a pérdidas sociales en la relación tiempo/calidad de las personas por los prolongados periodos de desplazamiento, tal como sucede en Mérida.
Estos y otros retos se observan en el Índice de Movilidad Urbana (IMU), elaborado por el IMCO. El estudio se construyó a partir de la medición y comparación de las condiciones de movilidad de las 20 ciudades mexicanas más importantes, entre las que se incluyó a Mérida, así como de su capacidad para ofrecer alternativas de transporte atractivo, deseable y alcanzable para toda su población.
La Verdad Noticias