Hermosa luna y corona ofrendó Mechita Bates por bendiciones de la Virgen

02 febrero 2019
Noticias de Yucatán. 

VALLADOLID, Yucatán, 2 de febrero.- Las narraciones de los milagros otorgados por la Virgen de la Candelaria son numerosas y circulan entre la gente de Valladolid, de poblaciones circunvecinas y comisarías.

La iglesia de la Candelaria fue “rescatada” del estado casi ruinoso en que estaba, por muchos años, por iniciativa del Pbro. Edesio Pech Sanmiguel, uno de los de mayor influencia entre la feligresía local durante su amplio ejercicio parroquial.

Los relatos y leyendas sobre los milagros concedidos por la Virgen de la Candelaria son muchos, pero uno de los que mucha gente casi no conoce es el concedido a una mujer vallisoletana, descendiente del Gral. Donato Bates, héroe del movimiento precursor conocido como “La Chispa de la Revolución”, quien recibió la gracia de la Virgen de la Candelaria, a favor solicitado por un tema familiar de salud por uno de sus hijos de pocos meses de nacido.

Corría el año de 1935 y Doña Mercedes Bates de Mendoza, quien hoy es una longeva mujer con casi ya 109 años de edad, mujer muy religiosa, oró con fervor solicitando la gracia de la salud a su pequeño hijo Víctor Manuel a la Virgen de la Candelaria, misma que se lo concedió para su bienaventuranza.

Entonces, por tan afable favor concedido, doña Mechita y su suegra la Sra. Felipa Gomez-Sierra de Mendoza dispusieron que un diestro orfebre y platero local de nombre Antonio hiciera un hermoso trabajo artesanal de una luna, labrada y adornada con ramas y flores de X-tabentún, en una aleación realizada con monedas de oro y plata, incluyendo la corona de la Patrona de Valladolid, mismos que permanecen hasta hoy y adornan notablemente la santa imagen de la Virgen de la Candelaria de Valladolid desde hace ya 84 años, cuando el párroco de la iglesia era el Pbro. Nicanor Vázquez.

Estos milagros han continuado, pero cabe recordar que enfrente al citado santuario mariano existió una plazoleta que servía como sede del “tablado” donde se realizaban las corridas de toros, y en las épocas ajenas a la fiesta era un espacio para jugar béisbol y fútbol. Fue en la administración municipal de Clemente Alcocer Rosado cuando se decidió convertirlo en un colonial parque para los vallisoletanos.

Antes del traslado de la parte profana a otro lugar, en el barrio de La Candelaria se entrecruzaban los aspectos lúdicos y sacros, y el centro rector lo constituía la parroquia. En la actualidad, estas dos esferas ya no se interceptan. En el barrio ha quedado únicamente la celebración religiosa, mientras que, en otra parte de la ciudad, (específicamente en el Lienzo Charro “Los Gavilanes”) se realiza lo que se ha llamado expo-feria y donde tienen lugar las actividades de ocio y divertimento.

Según los relatos de la época, la Virgen de la Candelaria “es bastante milagrosa, pero eso dependen de la fe… yo he oído decir que mucha gente ha conseguido sus favores, que piden con bastante fe y que los consiguen… yo fui maestra de doctrina y cada sábado teníamos doctrina aquí en Candelaria… iba a dar doctrina con mi hija y doña Marielena.

Una tarde estábamos jugando en el patiecito de la escuelita y de pronto pegó un rayo; se cayó la campana y también los cables se cayeron alrededor de nosotros que estábamos en círculos… no podíamos dar doctrina… se rayó todo el vidrio donde estaba la Virgen… la Virgen nos protegió…con tantos niños alguien pudo haber muerto”…

Otra versión más, recuerda: “claro que es milagrosa… una vez se cayó el tablado en plena corrida un 2 de febrero… el hecho que no haya muerto nadie, quiere decir que es un milagro concedido por la Virgen a sus devotos”.-— Con apuntes de “Entre apariciones y milagros. El culto a la Virgen de la Candelaria en Valladolid”, de Efraín Medina Alcocer. Publicado por la UADY.-Publicado hoy por el Por Esto!

compartir en facebook compartir en twitter compartir en google+

Visitas

Opinión

Elecciones

Nota Destacada