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Ovidio Guzmán López se alista para volver a comparecer ante la justicia estadounidense, el próximo 17 de junio, y la gran pregunta es: ¿Negociará y cooperará o irá a un juicio que podría terminar con él preso de por vida, igual que su padre, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo?
“La realidad es que la pelota está en la cancha de los fiscales de Estados Unidos, porque si ofrecen algo que pudiera reducir la condena hacia Ovidio, ayudaría de forma considerable; aunque el panorama está muy entrampado para Ovidio”, advierte a EL UNIVERSAL Guillermo Alberto Hidalgo, experto en seguridad.
“La verdad no veo a Ovidio declarando contra sus hermanos ni contra El Mayo Zambada y tampoco contra su tío, aunque se han enemistado últimamente, por eso digo que es un asunto muy entrampado, porque es un asunto de familia y no creo que lo haga”, dice convencido el experto en seguridad.
“Si bien hoy los códigos de honor casi no se ven [entre los cárteles] sí tengo claro que con la familia no se traicionan”, declara.
Ovidio, alias El Ratón, líder de Los Chapitos, fue detenido en México el 5 de enero de 2023 y extraditado a Estados Unidos en septiembre del mismo año. Actualmente se encuentra en el Centro Correccional Metropolitano de Chicago, Illinois, y el 18 de marzo pasado la jueza Sharon Johnson Coleman le leyó los cargos de que se le acusa.
El abogado de Ovidio es el mismo que el de su padre, El Chapo, exlíder del Cártel de Sinaloa: Jeffrey Lichtman. Guzmán Loera fue condenado a cadena perpetua, que cumple en la prisión de máxima seguridad ADX en Florence, en Colorado.
Los cargos que enfrenta Ovidio en Estados Unidos son igualmente graves: conspiración para importar drogas, conspiración para distribuir drogas, participación en una empresa criminal continua, lavado de dinero y posesión de arma de fuego, entre otros. Ovidio se declaró no culpable de las acusaciones en su contra. Además, su involucramiento en la distribución de fentanilo, que en 2022 causó la muerte de casi 80 mil personas en Estados Unidos, lo coloca en una posición más difícil, con el gobierno de Estados Unidos tratando de enviar el mensaje de que quienes están causando la muerte de decenas de miles de ciudadanos pagarán el precio.
Integrantes del Ejército Mexicano resguardan la zona donde se logró la captura de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, el 5 de enero de 2023 en Culiacán, Sinaloa Foto: Juan Carlos Cruz EFE
Integrantes del Ejército Mexicano resguardan la zona donde se logró la captura de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, el 5 de enero de 2023 en Culiacán, Sinaloa Foto: Juan Carlos Cruz EFE
Hasta ahora, ni Ovidio ni Lichtman han dado indicios de que Ovidio pueda cooperar con la justicia y convertirse en informante, a cambio de una condena reducida. Sin embargo, un factor con el que no contaban podría impactar la estrategia de El Ratón.
El pasado 25 de mayo fue extraditado a Estados Unidos Néstor Isidro Pérez, alias El Nini, quien fuera jefe de seguridad de Los Chapitos y que cayó detenido el 22 de noviembre de 2023.
La extradición es un duro golpe a Ovidio, por la información que El Nini podría proporcionar sobre el hijo de El Chapo.
En declaraciones al medio Riodoce, Mike Vigil, quien fuera jefe de operaciones especiales de la Agencia Antidrogas (DEA), aseguró que “resulta demasiado obvio que la extradición [de El Nini], realizada en tiempo récord, es para tener toda la evidencia contra Ovidio”.
“Por toda la información que tiene… El Nini es quien enterraría al Ratón”, añadió Vigil. El Nini, acusado de, entre otras cosas, asesinar a un informante de la DEA, tiene claros beneficios si coopera con la justicia, convirtiéndose en testigo protegido para así reducir su condena. Hasta ahora, Lichtman ha dicho que el gobierno de Estados Unidos carece de pruebas suficientes contra Ovidio, pero la extradición de su exjefe de seguridad cambia todo el panorama.
“No veo a Ovidio declarando contra sus hermanos ni contra El Mayo Zambada y tampoco contra su tío [Aureliano El Guano Guzmán Loera], aunque se han enemistado últimamente, por eso digo que es un asunto muy entrampado, porque es un asunto de familia y no creo que lo haga”, dice Hidalgo.
En cambio, explica, Ovidio “podría dar algunos nombres” no ligados a su familia. “Por ejemplo, podría ponerles dedo a los rusos y a los Salazar que operan en Sonora o podría dar nombres de miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y quizá” dar información de Nemesio Oseguera, alias El Mencho, aunque ésta podría “no ser ya de interés porque o está muy enfermo o incluso ya se murió”, indica Hidalgo. Tal cooperación sería crucial para las autoridades estadounidenses en sus esfuerzos continuos para desmantelar las operaciones del Cártel de Sinaloa y el CJNG.
Un trato así no le es ajeno a Lichtman, quien logró una condena reducida para Emma Coronel, la esposa de El Chapo, quien se entregó voluntariamente a las autoridades y hoy se encuentra en libertad condicional, tras pasar dos años y medio en prisión.
Sin embargo, Vigil ve poco factible que Ovidio llegue a un acuerdo con la justicia estadounidense. Más allá de su voluntad, explicó, la extradición de El Nini deja claro que por quien va, y a quien les interesa tener tras las rejas, es a El Ratón, porque eso enviaría un mensaje muy poderoso no sólo al Cártel de Sinaloa, sino al Cártel Jalisco Nueva Generación, el otro responsable de inundar de droga a Estados Unidos.
Otra estrategia de los abogados está relacionada con la posibilidad de argumentar sobre posibles irregularidades en el proceso de extradición y sobre la jurisdicción de los cargos, buscando así debilitar el caso de la fiscalía o encontrar fallos procesales que puedan ser utilizados para reducir las condenas o incluso desestimarlas.
En algunas ocasiones, la defensa podría usar las condiciones de salud o argumentos humanitarios para buscar un trato más favorable o condiciones de detención más llevaderas para su cliente. Esto incluye asegurar que se respeten sus derechos humanos y se le brinde un trato justo durante el proceso judicial.
En este sentido, tras su detención, Lichtman se apresuró a describir a Ovidio como un “chico sensible” que padece problemas emocionales como ansiedad y depresión. En su primera audiencia, Ovidio confirmó estos padecimientos, para los cuales, dijo, está medicado.
Además, requiere de alimentación especial, dado que fue sometido a una cirugía en la que le fue retirada una parte del estómago.
Un cártel dividido
Mientras Ovidio espera su destino en la corte de Chicago, el Cártel de Sinaloa está más dividido que nunca pero, a la vez, con tantas cabezas, se mantiene funcionando.
“Una de las características del Cártel de Sinaloa es que su liderazgo opera de manera horizontal”, asegura Hidalgo, “así que las capturas y extradiciones de Ovidio y de su papá los golpea y debilita momentáneamente, pero los hermanos de Ovidio y El Mayo Zambada, especialmente, mantienen la fortaleza del cártel; porque cada uno de ellos lo sostiene con sus propias decisiones”.
La DEA describe al De Sinaloa como un cártel “paraguas” que incluye a cuatro organizaciones que cooperan entre sí: Los Chapitos, el grupo del Mayo, el de Aureliano, que pareciera haberse “divorciado” del cártel y trabajar por su cuenta, y el de Rafael Quintero.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito, es considerado uno de los principales líderes de la facción conocida como Los Chapitos. Ha estado involucrado en la supervisión de las operaciones de tráfico de drogas y en la administración general del cártel. Es conocido por su capacidad para manejar las finanzas del cártel y coordinar el transporte de drogas hacia Estados Unidos. También ha estado implicado en la coordinación de las rutas de tráfico de drogas y en la toma de decisiones estratégicas dentro del cártel.
“Para la DEA, Iván Archivaldo es en la actualidad la cabeza más visible del Cártel de Sinaloa desde que Ovidio fue extraditado a Estados Unidos”, señala Hidalgo.
Le sigue Jesús Alfredo Guzmán Salazar, El Alfredillo, quien junto con Iván Archivaldo, ha asumido responsabilidades de liderazgo dentro del cártel. Ha sido responsable de la logística y distribución de drogas, así como de las relaciones con otros grupos criminales y redes de distribución internacionales. Ha jugado un papel importante en mantener las operaciones del cártel después de la captura de su padre y su hermano Ovidio.
La columna vertebral de unidad, en todo caso, recae en Ismael El Mayo Zambada, fundador del cártel junto con El Chapo. Pero eso también podría cambiar pronto, generando inestabilidad en el cártel. En su evaluación anual, la DEA advirtió que Zambada “no goza de buena salud”. De acuerdo con Vigil, El Mayo padece diabetes y recientemente fuentes de la DEA señalaron que la enfermedad se le ha complicado, le ha provocado daños en varios órganos y problemas de la vista, por lo que permanecería prácticamente postrado en la cama.
Con Ovidio preso, y El Mayo fuera de la jugada, la inestabilidad del cártel, alerta Hidalgo, irá al alza y eso podría traducirse en más violencia por el control del grupo.?