Valdéz Ceh mencionó que el centro cuenta con un grupo terapéutico dirigido a hombres que ejercen violencia. “Mediante talleres se tocan temas como la Salud Masculina, Construcción de Nuevas Masculinidades, Sexualidad, Prevención de Violencia, Paternidad y Adicciones”, señaló.
Indicó que el CEAVIM brinda a los hombres un espacio de reflexión y acompañamiento que les permite adquirir herramientas para una mejor comprensión de la masculinidad y de la violencia de género.
El coordinador del CEAVIM, Juan Canto González, sostuvo que la conducta violenta y la cultura machista pueden cambiar mediante el aprendizaje de nuevos patrones de comportamiento.
En estas actividades se habla de conductas identificables de la agresión masculina como coartar la libertad de la pareja, la prohibición de tener amigos y celos por la presencia de otras personas del sexo opuesto, explicó.
“La violencia se incrementa con agresiones físicas leves, como empujones, pellizcos, apretones fuertes de mano y finalmente la violencia física grave como cachetadas y golpes”, precisó.
Canto González dijo que los y las jóvenes que identifiquen como ejecutores de estas conductas deben recurrir a los especialistas en psicología.
“Este comportamiento constituye un riesgo para sus relaciones de pareja e incluso dentro del seno familiar, debido a que la violencia tiende a extenderse a todos los aspectos de la vida”, puntualizó.
La violencia familiar es un problema social grave detectado en colonias y comisarías de Mérida. Los hombres, principalmente, son quienes ejercen la violencia en sus hogares, porque han aprendido a usarla para resolver conflictos que se presentan en los núcleos sociales.