No todos los niños regresan a clases

21 agosto 2011
Noticias de Yucatán

(pobreza, desatención, compromisos no cumplidos)

Un pequeño que trabaja de albañil refleja una realidad
Publicada: 21 agosto 2011
Luis Ángel, de 12 años, pequeño albañil que trabaja en un techo
Luis Ángel, de 12 años, pequeño albañil que trabaja en un techo Ver fotos(1)

Las clases están a punto de comenzar y muchos niños y sus padres realizan múltiples actividades para hacer frente al inicio del nuevo curso.

Muchos niños pasaron este período vacacional ayudando a sus padres o ganando algunos pesos, en tanto que otros, incluso, salieron de viaje, disfrutaron de laplaya y de otros beneficios al que no todos tienen oportunidad.

Luis Ángel, de 12 años, no tuvo vacaciones a lo largo de julio y agosto y tampoco se preocupa por el inicio escolar pues él labora como albañil a pesar de su corta edad y de manera simple señala: "Yo no voy a clases".

El próximo lunes arrancarán las clases en el nivel básico, y muchos pequeños están entusiasmados con la compra de útiles y uniformes, pero Luis Ángel no, él ya sabe que tiene que trabajar.


Un pequeño albañil que autoconstruye su futuro
La falta de una educación formal no le preocupa
Publicada: 21 agosto 2011

El pequeño Luis ángel transcurre sus días en medio de las obras de construcción, pues no va a clases
El pequeño Luis ángel transcurre sus días en medio de las obras de construcción, pues no va a clases Ver fotos(1)

La historia de Luis Ángel bien puede ilustrar lo que cientos de niños viven, cuyo futuro no es muy halagador, ya que por su falta de preparación se perfilan escasas oportunidades de superación.

Apenas de 12 años, el niño labora con su padre como albañil. Se le ha visto en horas de la mañana y la tarde con la pala en la mano, preparando mezcla.

"Sí, aquí trabajo", expresa el menor a una pregunta.

Se podría suponer que por ser período vacacional el niño ayuda temporalmente, pero no es así, pues al preguntarle si trabaja sólo en vacaciones la respuesta sorprende: "No, no voy a la escuela". Apenas terminó la frase ignoró a su interlocutor, agarró de nuevo la pala y siguió preparando la mezcla. Su mirada y respuestas cortas denotaban desconfianza.

Los días siguientes de nueva cuenta el niño fue visto en su "centro de trabajo", la calle 64-A entre 93 y 95.

Unas veces cargando algunos pesados bultos y la más recientes en los techos que se preparan para "colar". Son largas jornadas, de sol a sol.

A escasas cuadras hay varias escuelas, pero el futuro del niño no va por ese rumbo
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