Privilegiar el bien común

09 septiembre 2013
Noticias de Yucatán ()

Cambio al Carnaval

Nuevamente, como ocurrió el año pasado y en otros anteriores, sale a la luz pública el tema del posible cambio que tendría el derrotero del Carnaval que desde hace muchos años se realiza en pleno corazón de la ciudad. Ojalá que sea la última vez.
Todo cambio, cualquiera que sea su naturaleza y sobre cuando se trata de un asunto muy arraigado, como el festejo carnestolendo en el Centro, de modo casi inevitable produce resistencia.
La resistencia puede presentar diversos grados: desde la apatía -como lo expresan quienes dicen que les da igual-, pasando por la falta de cooperación o quizá llegando al sabotaje, mediante actividades y posturas radicales para que el cambio no ocurra.
Son estos casos en los que la autoridad debe ejercer un criterio de búsqueda del bien común. Ante la posibilidad del cambio de derrotero habría que hacerse algunos de los siguientes cuestionamientos ¿Qué es lo mejor para la ciudad? ¿Habrá beneficio o perjuicio a la gente?
Hace más de 40 años que el derrotero del Carnaval es el mismo en el Centro. Lo que no es igual es la cantidad de personas que hoy día conviven en Mérida y que tienen que afrontar las consecuencias del cierre de calles que no han variado para nada en el Centro.
¿Cuáles son algunas de las afectaciones en la ciudad con el derrotero del Momo en el Centro?
Mencionemos algunas: alteración vial grave, daño a la imagen de la ciudad, también grave, perjuicios a los vecinos que viven a lo largo del derrotero, no sólo por el cierre de calles sino por los desfiguros que la gente alcoholizada protagoniza en sus predios.
También se afecta a los turistas que tienen que hacer peripecias para llegar a sus hoteles, al medio ambiente, por los automotores que se quedan mucho tiempo encendidos al tener que ir a vuelta de rueda.
Lo primero que piensan algunos cuando se habla de la posibilidad del cambio de derrotero es el “costo político”. Es decir, si ocurre el cambio te echarás encima a más de 100,000 personas que en promedio asisten a los festejos. Hay quienes dicen que son más, pero en la realidad prácticamente son las mismas que van todos los días al mismo sitio durante lo que dura el Carnaval.
En Mérida somos casi un millón de habitantes, de modo que por dejar contentos a 100,000, que son los que pudieran estar a favor de que se quede el derrotero como está -aunque no necesariamente tiene que ser así- se podría estar afectando el interés de muchos más, no sólo propios sino también del interior del país o del extranjero.
A mi parecer la principal resistencia proviene de quienes tienen la oportunidad de hacer negocio y de algún modo podrían verse afectados, ya que tendrían que trasladarse a otro sitio a mayores costos. ¿Pero, cuántos son?
A mi gusto la mejor opción es llevar el derrotero y los festejos del Carnaval a Xmatkuil. ¿Quién se ha quejado de la Feria que se lleva al cabo durante noviembre en ese lugar? Estoy casi seguro que quienes asisten a la Feria de Xmatkuil son los mismos que van al Carnaval.
Posiblemente el primer año brinquen los que tengan y quieran brincar, pero no pasará de ahí y sí en cambio habrá un alivio para la inmensa mayoría de ciudadanos y de visitantes. Con el cambio el beneficio será mucho mayor.- Mérida, Yuc.
dajecapo@hotmail.com
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*) Maestro en comunicación política y marketing electoral
También se afecta a los turistas que tienen que hacer peripecias para ir a sus hoteles
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