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Aunque desviaron recursos, ahora regresan al poder
Cinco candidatos del PRI a alcaldes, que ya habían ocupado ese cargo en otros años y cuyas cuentas reprobó la Auditoría Superior del Estado de Yucatán (ASEY), ganaron en los comicios del domingo, de modo que, pese a eso, serán de nuevo presidentes municipales.
En esa lista figura un candidato, el de Chichimilá, que no pasó las revisiones de la ASEY, ni tampoco las de la Auditoría Superior de la Federación, que incluso lo demandó penalmente por peculado y desvío de recursos ante la PGR.
Sin freno
No obstante, este alcalde electo, Francisco Medina Martín, que ya había ocupado el mismo puesto en el periodo de 2010 a 2012, asumirá otra vez el cargo, en septiembre, sin que, al parecer, alguien se lo impida.
Las cuentas de Medina Martín de 2011 y 2012 recibieron dictámenes con salvedad de parte de la ASEY, es decir, que al momento de dar ese dictamen, en 2014, Medina aún no aclaraba las anomalías detectadas.
Fraude federal
En noviembre de 2013, la ASF lo denunció por peculado y desvío de recursos por $3.4 millones, cometidos en 2011 en la construcción de pozos de absorción financiados con recursos federales.
Según la ASF, estos pozos debían costar $27,660 cada uno, pero Medina Martín pagó $83,665, un sobreprecio de 202% por pozo, además de contratar la obra por adjudicación directa, no por licitación pública nacional, como marca la ley.
Otro caso es el de Luis Alberto Echeverría Montero, candidato en Huhí, quien obtuvo 1,345 votos contra 1,241 de PAN. Echeverría Montero ya había sido alcalde de esa población en 2004-2007 y en 2010-2012 y en ambos periodos la Contaduría Mayor de Hacienda (CMH), antecesora de la ASEY y luego la propia ASEY rechazaron sus cuentas. En el primer periodo, la Contaduría Mayor lo demandó penalmente por presunto desvío de recursos. En el segundo, la ASEY detectó deudas injustificadas por casi $3 millones a proveedores, la desaparición de vehículos oficiales y fallas en la pavimentación de calles. En 2014, la ASEY emitió dictamen negativo a sus cuentas de 2012 y con salvedad a las de 2011.
No obstante, Echeverría Montero dejó la alcaldía de Huhí en 2012 sin problemas y se incorporó a la delegación de la Sedatu, como director de Vivienda, desde donde salió para ser candidato del PRI en ese municipio, por un tercer periodo.
Decreto
Este caso se parece al de Luis Fernely Polanco Tun, de Calotmul, quien ya ha sido dos veces alcalde de ese lugar, en 2001-2004 y en 2010-2012.
Durante su primer periodo, los vecinos lo acusaron de manejar los programas de Progresa y Procampo a su conveniencia, igual que los apoyos por el huracán “Isidoro”. En el segundo, la ASEY revisó sus cuentas y emitió un dictamen negativo del año 2012.
El 22 de septiembre pasado, el Congreso emitió un decreto mediante el cual instruye a la ASEY “a continuar con los procedimientos de responsabilidades administrativas o penales” contra los funcionarios de Calotmul.
La ASEY habría reprobado las cuentas de Polanco Tun, entre otros motivos, por obras atrasadas o no realizadas financiadas con recursos de la Sedesol federal y por cuantiosos gastos sin comprobar.
Pese a los requerimientos de la Auditoría Superior para que solvente las irregularidades, Polanco nunca lo hizo y ahora será de nuevo alcalde de Calotmul, luego de derrotar el domingo a su rival del PAN, Gregorio Méndez, 1,264 votos por 1,047.
Triunfo de Sansón
En Yaxcabá, el candidato del PRI, Sansón Palma Santos, derrotó a su contrincante de Acción Nacional 3,957 votos contra 2,910 y con eso se sentará en la alcaldía de ese lugar por cuarta ocasión. Palma Santos ocupó ese puesto por primera vez en el llamado “miniperiodo”, de 1994 a 1995 y luego repitió en 2001-2004 y 2007-2010.
En su gestión de 2001 a 2004, la CMH reprobó sus cuentas de 2003, al documentar un presunto desvío por $321,701. En la administración de 2007 a 2010 se le acusó de apropiarse de $500,000, por lo menos, de recursos oficiales destinados a una agrupación para la cría de borregos.
Al término de su periodo, Palma Santos maniobró para dejar como su sucesora a su esposa, Lorena Isabel Ávila Euán, pero ésta, cuando dejó el cargo tres años después, ingresó a la lista de ex funcionarios yucatecos con las denuncias más graves por desvío de recursos: $44.510,233, según la ASEY.
Cacique de Chankom
Otro caso parecido es el Roger Cimé Mis, de Chankom, a quien el PRI postuló como alcalde por tercera ocasión y ganó el domingo. Antes, ocupó ese puesto de 2004 a 2007 y de 2010 a 2012.
En este periodo la ASEY emitió dictamen negativo a sus cuentas correspondientes a 2011 y dictamen con salvedad a las de 2012, es decir, que tienen irregularidades relevantes.
Cimé Mis, además, fue presidente del concejo municipal que funcionó en esa localidad de julio a noviembre de 2001. En esa ocasión, la CMH lo acusó del desvío de $1.313,654.28.
Currículum
También fungió como tesorero municipal en la gestión 2001-2004, presidida por su primo Benjamín Cimé Ek, con quien se ha alternado la presidencia en los últimos 20 años. Benjamín es el actual alcalde de Chankom y antes lo fue en 1995-1998, 2001-2004 y 2007-2010.
En 2003, cuando Roger era el tesorero y Benjamín el presidente, la CMH emitió un dictamen negativo a sus cuentas de ese año, pero nada pasó.—HERNÁN CASARES C.
De un vistazo
Otra vez
El candidato del PRI a la alcaldía de Chichimilá, Francisco Medina Martín, obtuvo el triunfo en los comicios del domingo, por lo que será presidente municipal de ese lugar por segunda ocasión.
Demanda
En la primera, las cuentas de Medina Martín no pasaron las revisiones de la ASEY, ni tampoco las de la Auditoría Superior de la Federación, que incluso lo demandó penalmente por peculado y desvío de recursos ante la PGR.
Desvíos
Otro caso es el de Luis Alberto Echeverría Montero, candidato en Huhí, quien obtuvo 1,345 votos contra 1,241 de PAN. Echeverría Montero ya había sido alcalde de esa población en 2004-2007 y en 2010-2012 y en ambos periodos la Contaduría Mayor de Hacienda, antecesora de la ASEY y luego la propia ASEY rechazaron sus cuentas. En el primer periodo, la Contaduría Mayor lo demandó penalmente por presunto desvío de recursos. En el segunda, la ASEY detectó deudas injustificadas por casi $3 millones a proveedores, entre otras anomalías.
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