BRASILIA, Brasil. (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó hoy que su país, uno de los mas afectados por el virus del Zika, “ganará la guerra contra el mosquito” Aedes aegypti, transmisor de esa enfermedad y también del dengue y el chikunguña.
“Ahora estamos perdiendo la lucha contra el mosquito. Mientras se reproduzca perdemos la lucha, pero vamos a ganar la guerra contra el mosquito“, declaró Rousseff a periodistas tras visitar un Centro de Coordinación y Control de enfermedades situado en Brasilia.
La mandataria explicó que el Gobierno decidió comenzar a partir de hoy una “movilización” que incluye una profunda limpieza en todos los organismos públicos del país, que serán recorridos por agentes de salud dedicados a localizar criaderos del mosquito.
En esa “gran movilización” participarán también cerca de 220.000 soldados de las Fuerzas Armadas, pero Rousseff alertó que eso no bastará si no se cuenta con la colaboración de cada ciudadano.
“Los soldados, los científicos, la persona que limpia una calle, las dueñas de casa, todos tenemos que estar preocupados con esto“, dijo la mandataria, quien aseguró que, a falta de una vacuna contra esos virus, “hay que exterminar los criaderos de mosquitos.”
Rousseff llamó la atención en especial contra el virus del Zika, sobre el que dijo que “hay claras evidencias” de que está asociado a los casi 4.200 casos de bebés nacidos con microcefalia registrados en el país en los últimos meses.
Aunque puso énfasis en la microcefalia, que consideró como un “mal terrible“, también alertó sobre las elevadas cifras de casos de dengue y chikunguña en Brasil.
Según cifras oficiales, el número de casos de dengue aumentó un 178 % en 2015 en Brasil respecto al año anterior y llegó a casi 1,6 millones, con 843 muertes.
En el caso del chikunguña, el año pasado se comprobaron 20.661 casos y tres personas fallecieron por causa de ese mal.
Antes de conversar con los periodistas, Rousseff se comunicó por videoconferencia con autoridades de los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro, Pernambuco, Paraíba y Bahía, algunos de los que concentran los mayores números de casos de zika, dengue y chikunguña.
En todos los casos, Rousseff instó a reforzar todas las medidas de prevención contra el mosquito Aedes aegypti, una campaña a la que aseguró que también se sumarán “las iglesias, los sindicatos, los clubes de fútbol” y todas las entidades de la sociedad civil.
“Todos tenemos que eliminar el agua estancada, que puede estar en una maceta, en depósitos de residuos o en tapas de bebidas“, afirmó.
En el acto, Rousseff estuvo acompañada por siete ministros, entre los cuales estaba el titular de Salud, Marcelo Castro, quien alertó de que Brasil corre el riesgo de enfrentar una “epidemia“, por lo que aseguró que se harán “todos los esfuerzos necesarios” para evitarla.
En los últimos meses el zika se ha expandido con notable velocidad por el continente americano, que según cálculos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pudiera registrar entre 3 y 4 millones de casos de ese mal en un año.