El Tribunal Primero de Juicio Oral inició el debate para resolver la situación jurídica contra Santiago Guadalupe López Peraza, quien enfrenta proceso penal por los delitos de violación equiparada y abuso sexual en agravio de dos de sus hijos.
El Tribunal está conformado por las juezas Fabiola Rodríguez Zurita, quien funge como presidenta en esta ocasión; Nidia Guadalupe Celis Fuentes, como jueza relatora, y la jueza Ileana Georgina Domínguez Zapata.
La presidenta del Tribunal declaró abierto el debate en el que presenciarán de viva voz los testimonios ofrecidos por los fiscales y la defensa del acusado.
En la audiencia, celebrada en la sala 2 del Centro de Justicia Oral de Mérida, se ofrecieron los alegatos de apertura con los que ambas partes demostraron su postura de los hechos. Los fiscales solicitaron la pena máxima por los delitos de violación equiparada y abuso sexual.
Igual pidieron que sea amonestado, se le condene a la reparación del daño, se le nieguen beneficios, se le suspendan sus derechos políticos y sea privado de los derechos de familia.
La defensa desahogó la declaración del acusado en la que manifestó que en enero se percató que el menor de edad tenía una conducta rebelde y apartada, no comía ni quería bañarse, que él se preocupó mucho, acudió a la escuela del niño y que la psicóloga le dijo que había sido víctima de violación.
Los fiscales señalaron que el 17 de diciembre de 2012, aprovechando que el menor se quedó solo jugando papagayo mientras su madre salió a hacer unos cobros, el inculpado supuestamente acostó al niño y lo ultrajó.
Incluso, lo golpeó con un cinturón, obligándolo a bañarse antes de que llegara su mamá.
En otra ocasión, también en diciembre, entró con el menor al baño y repetidamente abusó de él.
Los ataques se hicieron continuos, aprovechando las ausencias de la madre o en las noches, pues iba a su hamaca, le tapaba la boca para que no gritara y lo amenazaba con matarlo.
En dos ocasiones, durante diciembre de ese año, cuando su hija se encontraba acostada en una cama, se acostó a su lado, metió su mano entre su ropa y también abusó de ella.
Luego, cuando la menor jugaba sus trastecitos sentada en el piso, aprovechó para hacerle lo mismo.
El Tribunal está conformado por las juezas Fabiola Rodríguez Zurita, quien funge como presidenta en esta ocasión; Nidia Guadalupe Celis Fuentes, como jueza relatora, y la jueza Ileana Georgina Domínguez Zapata.
La presidenta del Tribunal declaró abierto el debate en el que presenciarán de viva voz los testimonios ofrecidos por los fiscales y la defensa del acusado.
En la audiencia, celebrada en la sala 2 del Centro de Justicia Oral de Mérida, se ofrecieron los alegatos de apertura con los que ambas partes demostraron su postura de los hechos. Los fiscales solicitaron la pena máxima por los delitos de violación equiparada y abuso sexual.
Igual pidieron que sea amonestado, se le condene a la reparación del daño, se le nieguen beneficios, se le suspendan sus derechos políticos y sea privado de los derechos de familia.
La defensa desahogó la declaración del acusado en la que manifestó que en enero se percató que el menor de edad tenía una conducta rebelde y apartada, no comía ni quería bañarse, que él se preocupó mucho, acudió a la escuela del niño y que la psicóloga le dijo que había sido víctima de violación.
Los fiscales señalaron que el 17 de diciembre de 2012, aprovechando que el menor se quedó solo jugando papagayo mientras su madre salió a hacer unos cobros, el inculpado supuestamente acostó al niño y lo ultrajó.
Incluso, lo golpeó con un cinturón, obligándolo a bañarse antes de que llegara su mamá.
En otra ocasión, también en diciembre, entró con el menor al baño y repetidamente abusó de él.
Los ataques se hicieron continuos, aprovechando las ausencias de la madre o en las noches, pues iba a su hamaca, le tapaba la boca para que no gritara y lo amenazaba con matarlo.
En dos ocasiones, durante diciembre de ese año, cuando su hija se encontraba acostada en una cama, se acostó a su lado, metió su mano entre su ropa y también abusó de ella.
Luego, cuando la menor jugaba sus trastecitos sentada en el piso, aprovechó para hacerle lo mismo.