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El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es un gran “entorpecedor” para los propietarios de muchos predios del Centro Histórico, quienes a pesar de sus intenciones de darles un uso debido no reciben el apoyo de esta instancia para lograrlo –declaró Jorge Escalante Bolio, Presidente del Consejo Empresarial Turístico de Yucatán.
“A pesar de que respetan los lineamientos que se les indica, los propietarios se enfrentan a todo tipo de trabas y problemas, el INAH no les da las facilidades para restaurar sus propiedades y aun venciendo obstáculos, la dependencia federal les pone más”, enfatizó.
Agregó que con esas actitudes el INAH facilita la corrupción y se comprueba que para nada es un “facilitador”.
-Muchos edificios se encuentran en litigios a consecuencia de la falta de negociación entre los herederos de los mismos quienes los han abandonado y pues ahí no tiene la culpa la dependencia –comentó.
Sin embargo, añadió, en muchos casos cuando algún particular manifiesta la intención de adquirirlos para realizar en ellos alguna inversión necesaria, ya sea de carácter turístico o comercial, surgen los obstáculos –recalcó Escalante Bolio.
“Una gran cantidad de estos predios que uno ve que se están derrumbando en nuestro Centro Histórico es porque el INAH en muchas ocasiones no le facilita los trabajos a los inversionistas”, insistió el dirigente.
-Recuerdo unas declaraciones de Nicolás Madahuar Boehm, en 2014 -cuando éste fue presidente de Coparmex, en este sentido: el deterioro del Centro Histórico es la factura que el INAH le está cobrando a Mérida por todo el comportamiento que ha tenido –dijho.
Cuando se le preguntó si conocía algún caso en específico sobre este tipo de problemas, Escalante Bolio manifestó que al menos tiene referencia de dos situaciones vividas por empresarios socios del CETUR, los Señores Raúl Bobadilla propietario del hotel Casa Azul y Roque Méndez del Gran Real.
“En ambos casos, estos propietarios de esos hoteles han querido ampliar sus instalaciones a fin de brindar un mejor servicio a los turistas y no han recibido las facilidades necesarias para tal fin“ –concluyó.
“A pesar de que respetan los lineamientos que se les indica, los propietarios se enfrentan a todo tipo de trabas y problemas, el INAH no les da las facilidades para restaurar sus propiedades y aun venciendo obstáculos, la dependencia federal les pone más”, enfatizó.
Agregó que con esas actitudes el INAH facilita la corrupción y se comprueba que para nada es un “facilitador”.
-Muchos edificios se encuentran en litigios a consecuencia de la falta de negociación entre los herederos de los mismos quienes los han abandonado y pues ahí no tiene la culpa la dependencia –comentó.
Sin embargo, añadió, en muchos casos cuando algún particular manifiesta la intención de adquirirlos para realizar en ellos alguna inversión necesaria, ya sea de carácter turístico o comercial, surgen los obstáculos –recalcó Escalante Bolio.
“Una gran cantidad de estos predios que uno ve que se están derrumbando en nuestro Centro Histórico es porque el INAH en muchas ocasiones no le facilita los trabajos a los inversionistas”, insistió el dirigente.
-Recuerdo unas declaraciones de Nicolás Madahuar Boehm, en 2014 -cuando éste fue presidente de Coparmex, en este sentido: el deterioro del Centro Histórico es la factura que el INAH le está cobrando a Mérida por todo el comportamiento que ha tenido –dijho.
Cuando se le preguntó si conocía algún caso en específico sobre este tipo de problemas, Escalante Bolio manifestó que al menos tiene referencia de dos situaciones vividas por empresarios socios del CETUR, los Señores Raúl Bobadilla propietario del hotel Casa Azul y Roque Méndez del Gran Real.
“En ambos casos, estos propietarios de esos hoteles han querido ampliar sus instalaciones a fin de brindar un mejor servicio a los turistas y no han recibido las facilidades necesarias para tal fin“ –concluyó.
