Una reciente noche de jueves, Zhang Zehao, un alumno de séptimo curso en Tianjín (China), preparaba unos deberes extra de matemáticas publicados por su profesor en WeChat, una app de mensajería. A las 19:00, su madre recibió una foto en su móvil: una hoja de papel con tres problemas de geometría escritos a mano sobre líneas paralelas. Zhang no recibió ningún trabajo más esa noche; después de todo, sólo era el cuarto día del semestre de primavera.
Desde que Tencent lanzó WeChat en 2011, la app ha invadido la vida china. La empresa informó tener 650 millones de usuarios activos mensuales a finales de septiembre. En una sociedad que atribuye una importancia prioritaria al éxito académico, WeChat se ha entrelazado rápidamente con la educación, aprovechándose de una dinámica social especialmente china y, en algunos casos, explotándola.
Chonhquing, una extensa metrópolis de 30 millones de habitantes al sudoeste del país, ha exigido que todas las guarderías y escuelas primarias y medias abran una cuenta oficial de WeChat antes de finales de junio de este año para optimizar la comunicación con alumnos y padres.
Para Zehao, la app representa un foro para tareas extras y una valla expositora para los malos comportamientos en el colegio: el chat grupal coloca todo bajo el ojo escrutador de la clase al completo. "La intención fue buena, porque los profesores querían trabajar estrechamente con los padres para mejorar el rendimiento académico de los alumnos", dice su madre, Chen Zongying, de 43 años. "Pero, estresa", añade.
Una noche de enero, cuando los escolares de toda China se preparaban para los exámenes que preceden al descanso de invierno, el profesor de matemáticas de Zehao llamó a las diez de la noche. Le dijo que había errores en los ejercicios de geometría que acababa de publicar en WeChat. El profesor le instó a corregir los ejercicios y a publicar una foto cuanto antes para que pudiese corregirlos de nuevo antes de la medianoche. Las matemáticas no son la asignatura preferida de Zehao, así que a menudo entrega esos deberes tarde en WeChat. Mientras tanto, el móvil de su madre emitía pitidos mientras los otros alumnos entregaban sus deberes y el profesor enviaba recordatorios. Chen dice que a veces tiene que silenciar su móvil.
Los expertos están de acuerdo en que la app de mensajería está intensificando la presión constante que ya impregna el sistema educativo chino. "Infringe la privacidad de los alumnos y afecta al desarrollo de su personalidad", afirma Xiong Bingqi, el director adjunto del Instituto para Investigaciones Educacionales del Siglo 21. El experto propone: "Deberíamos dejar claras las maneras en las que se puede utilizar esta plataforma tecnológica".
Zehao es algo escéptico sobre la verdadera utilidad de WeChat para los estudiantes: laapp no sólo ha convertido la entrega de deberes en una acción instantánea, también permite compartirlos y copiarlos. "Realmente no ayuda tanto", dice. Una portavoz de Tencent rehusó hacer comentarios.
Para los alumnos más jóvenes, el uso de WeChat es menos intenso, pero aun así resulta intrusivo. El primer día de colegio este semestre, Li Guibin, un alumno de tercero de primaria en Tianjín, tuvo la tarde libre con motivo del Festival de los Farolillos. Después de llegar a casa, su profesor de matemáticas envió un recordatorio al grupo de su clase sobre los ejercicios de división que los alumnos debían terminar esa tarde, pero al menos los ejercicios se entregarían a la mañana siguiente, no por WeChat el mismo día. "Cuando estaba en primero, algunos padres teníamos móviles muy antiguos y no estábamos familiarizados con WeChat", explica la madre de Guibin, Zhuang Yanfei, de 30 años. "Pero todos compramos móviles nuevos y aprendimos a utilizarlo".
No todos los colegios incorporan WeChat de forma tan extrema. Yan Xu, que enseña lengua (china) y literatura de tercero de primaria en Tianjín, dice que además de informar a los padres de los eventos académicos, su colegio sólo emplea WeChat como escaparate para deberes excelentes. Xu afirma: "Si alabamos los buenos trabajos, otros padres animarán a sus hijos a trabajar duro también".
Pero alimentar mentes jóvenes requiere más. "WeChat es sólo la última plataforma que actúa de intermediario para las interacciones entre profesores, padres y alumnos", dice Danah Boyd, una investigadora de Microsoft que estudia las redes sociales y la autora de It’s Complicated: The Social Lives of Networked Teens ("Es complicado: la vida social de los adolescentes conectados").Y concluye: "Ninguna intervención alrededor de la tecnología surtirá efectos si la cultura de olla a presión no cambia".
Desde que Tencent lanzó WeChat en 2011, la app ha invadido la vida china. La empresa informó tener 650 millones de usuarios activos mensuales a finales de septiembre. En una sociedad que atribuye una importancia prioritaria al éxito académico, WeChat se ha entrelazado rápidamente con la educación, aprovechándose de una dinámica social especialmente china y, en algunos casos, explotándola.
Chonhquing, una extensa metrópolis de 30 millones de habitantes al sudoeste del país, ha exigido que todas las guarderías y escuelas primarias y medias abran una cuenta oficial de WeChat antes de finales de junio de este año para optimizar la comunicación con alumnos y padres.
Para Zehao, la app representa un foro para tareas extras y una valla expositora para los malos comportamientos en el colegio: el chat grupal coloca todo bajo el ojo escrutador de la clase al completo. "La intención fue buena, porque los profesores querían trabajar estrechamente con los padres para mejorar el rendimiento académico de los alumnos", dice su madre, Chen Zongying, de 43 años. "Pero, estresa", añade.
Una noche de enero, cuando los escolares de toda China se preparaban para los exámenes que preceden al descanso de invierno, el profesor de matemáticas de Zehao llamó a las diez de la noche. Le dijo que había errores en los ejercicios de geometría que acababa de publicar en WeChat. El profesor le instó a corregir los ejercicios y a publicar una foto cuanto antes para que pudiese corregirlos de nuevo antes de la medianoche. Las matemáticas no son la asignatura preferida de Zehao, así que a menudo entrega esos deberes tarde en WeChat. Mientras tanto, el móvil de su madre emitía pitidos mientras los otros alumnos entregaban sus deberes y el profesor enviaba recordatorios. Chen dice que a veces tiene que silenciar su móvil.
Los expertos están de acuerdo en que la app de mensajería está intensificando la presión constante que ya impregna el sistema educativo chino. "Infringe la privacidad de los alumnos y afecta al desarrollo de su personalidad", afirma Xiong Bingqi, el director adjunto del Instituto para Investigaciones Educacionales del Siglo 21. El experto propone: "Deberíamos dejar claras las maneras en las que se puede utilizar esta plataforma tecnológica".
Zehao es algo escéptico sobre la verdadera utilidad de WeChat para los estudiantes: laapp no sólo ha convertido la entrega de deberes en una acción instantánea, también permite compartirlos y copiarlos. "Realmente no ayuda tanto", dice. Una portavoz de Tencent rehusó hacer comentarios.
Para los alumnos más jóvenes, el uso de WeChat es menos intenso, pero aun así resulta intrusivo. El primer día de colegio este semestre, Li Guibin, un alumno de tercero de primaria en Tianjín, tuvo la tarde libre con motivo del Festival de los Farolillos. Después de llegar a casa, su profesor de matemáticas envió un recordatorio al grupo de su clase sobre los ejercicios de división que los alumnos debían terminar esa tarde, pero al menos los ejercicios se entregarían a la mañana siguiente, no por WeChat el mismo día. "Cuando estaba en primero, algunos padres teníamos móviles muy antiguos y no estábamos familiarizados con WeChat", explica la madre de Guibin, Zhuang Yanfei, de 30 años. "Pero todos compramos móviles nuevos y aprendimos a utilizarlo".
No todos los colegios incorporan WeChat de forma tan extrema. Yan Xu, que enseña lengua (china) y literatura de tercero de primaria en Tianjín, dice que además de informar a los padres de los eventos académicos, su colegio sólo emplea WeChat como escaparate para deberes excelentes. Xu afirma: "Si alabamos los buenos trabajos, otros padres animarán a sus hijos a trabajar duro también".
Pero alimentar mentes jóvenes requiere más. "WeChat es sólo la última plataforma que actúa de intermediario para las interacciones entre profesores, padres y alumnos", dice Danah Boyd, una investigadora de Microsoft que estudia las redes sociales y la autora de It’s Complicated: The Social Lives of Networked Teens ("Es complicado: la vida social de los adolescentes conectados").Y concluye: "Ninguna intervención alrededor de la tecnología surtirá efectos si la cultura de olla a presión no cambia".