En el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, segunda condición neurodegenerativa más frecuente en el mundo, especialistas en neurología y neurocirugía resaltaron los beneficios de la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (ECP), que mejora en un 50 a 70% los síntomas motores de la enfermedad.
De acuerdo con la Dra. Mayela Rodríguez, médico neurólogo y responsable de la Clínica de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, “la Enfermedad de Parkinson es un desorden del Sistema Nervioso Central, que implica mucho más que el temblor. Es un padecimiento en el que se presentan gran variedad de síntomas, que van empeorando progresivamente a lo largo de varios años y, si no se tratan de forma adecuada, pueden causar síntomas incapacitantes que impactan sobre la calidad de vida del paciente.”
Agregó que “la expectativa de vida promedio de una persona con Enfermedad de Parkinson, generalmente es la misma que para las personas que no la padecen, por lo que es necesario contar con alternativas de tratamiento adecuadas para las diferentes etapas de la enfermedad, así como para cuando los pacientes ya no responden correctamente a los medicamentos.”
Innovación para la calidad de vida
Por su parte, el Dr. Alfonso Arellano Reynoso, médico neurocirujano y especialista en Enfermedad de Parkinson, mencionó que “afortunadamente hoy contamos con la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (ECP), la cual representa una alternativa de tratamiento, que a diferencia de cirugías anteriores para Parkinson, no daña el tejido cerebral sano destruyendo las células nerviosas y disminuye los síntomas neurológicos invalidantes.”
El especialista explicó que “la terapia ECP usa un dispositivo médico implantado quirúrgicamente y operado por una batería, llamado neuroestimulador, para enviar estimulación eléctrica a áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento y reducen los síntomas motores de la enfermedad.”
Estudios han demostrado que la terapia ECP proporciona un periodo “on”, comparado con tratamiento farmacológico, de 5.1 horas adicionales en el día, en las cuales los pacientes no padecen los síntomas motores de la enfermedad. Esta mejoría ayuda a muchos pacientes a recuperar la capacidad de realizar sus actividades diarias normales, lo que mejora significativamente su calidad de vida.
El Dr. Arellano Reynoso resaltó que “la terapia ECP no debe considerarse como ‘el último recurso’, ya que los beneficios son mayores en pacientes menores de 70–75 años y en aquéllos que han tenido Enfermedad de Parkinson durante menos tiempo.”
Finalmente, mencionó que los “pacientes deben hablar siempre en primer lugar con su neurólogo, para informarse sobre todas las opciones de tratamiento disponibles para ellos, con el fin de asegurarse de elegir la opción adecuada en su caso.”
De acuerdo con la Dra. Mayela Rodríguez, médico neurólogo y responsable de la Clínica de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, “la Enfermedad de Parkinson es un desorden del Sistema Nervioso Central, que implica mucho más que el temblor. Es un padecimiento en el que se presentan gran variedad de síntomas, que van empeorando progresivamente a lo largo de varios años y, si no se tratan de forma adecuada, pueden causar síntomas incapacitantes que impactan sobre la calidad de vida del paciente.”
Agregó que “la expectativa de vida promedio de una persona con Enfermedad de Parkinson, generalmente es la misma que para las personas que no la padecen, por lo que es necesario contar con alternativas de tratamiento adecuadas para las diferentes etapas de la enfermedad, así como para cuando los pacientes ya no responden correctamente a los medicamentos.”
Innovación para la calidad de vida
Por su parte, el Dr. Alfonso Arellano Reynoso, médico neurocirujano y especialista en Enfermedad de Parkinson, mencionó que “afortunadamente hoy contamos con la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (ECP), la cual representa una alternativa de tratamiento, que a diferencia de cirugías anteriores para Parkinson, no daña el tejido cerebral sano destruyendo las células nerviosas y disminuye los síntomas neurológicos invalidantes.”
El especialista explicó que “la terapia ECP usa un dispositivo médico implantado quirúrgicamente y operado por una batería, llamado neuroestimulador, para enviar estimulación eléctrica a áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento y reducen los síntomas motores de la enfermedad.”
Estudios han demostrado que la terapia ECP proporciona un periodo “on”, comparado con tratamiento farmacológico, de 5.1 horas adicionales en el día, en las cuales los pacientes no padecen los síntomas motores de la enfermedad. Esta mejoría ayuda a muchos pacientes a recuperar la capacidad de realizar sus actividades diarias normales, lo que mejora significativamente su calidad de vida.
El Dr. Arellano Reynoso resaltó que “la terapia ECP no debe considerarse como ‘el último recurso’, ya que los beneficios son mayores en pacientes menores de 70–75 años y en aquéllos que han tenido Enfermedad de Parkinson durante menos tiempo.”
Finalmente, mencionó que los “pacientes deben hablar siempre en primer lugar con su neurólogo, para informarse sobre todas las opciones de tratamiento disponibles para ellos, con el fin de asegurarse de elegir la opción adecuada en su caso.”