Luego de tres derrotas consecutivas que incluyeron una goleada, Veracruz apagó el fuego que comenzaba a encenderse al derrotar 2-0 a un Santos muy inocente, sin refuerzos de peso y que no vendió tan cara la derrota en el puerto jarocho.
Veracruz encontró la llave al minuto 18 y fue a través de un rebote. Zamora metió un centro por derecha que Diego de Buen no despejó bien por lo forzado que llegó a su área y Peñalba apareció para meter un derechazo que dejó inmóvil a Marchesín y así poner el 1-0.
El futbol apareció entonces y los Tiburones Rojos se quedaron muy cerca del segundo cuando Abella se techó y Juan Pérez la bajó de gran forma pero Marchesín achicó para evitar el gol.
Fue hasta pasada la media hora de partido cuando Santos exigió al portero de los escualos con un tiro libre que Jonathan Rodríguez cobró de gran forma pero el peruano rechazó mejor con un manotazo a mano cambiada.
El juego se tornó ríspido, entradas por ambos lados que fueron sancionadas con mano endeble por parte del silbante César Ramos, quien bien pudo haber echado a un par de jugadores, uno por bando.
Marchesín se convirtió en figura ya en el ecuador del segundo tiempo. El argentino primero cortó un centro de Paganoni y después realizó un atajadón a cabezazo de Peñalba que bien pudo ser el clavo al ataúd lagunero pero que reforzó aún más la valía que tiene el guardameta argentino.
Zubeldía lo intentó, mando a Dávila y Bravo a la cancha pero Veracruz encontró el segundo en un contragolpe en el que Juan Pérez se llevó por velocidad a Armenteros y luego fue derribado por Marchesín. Peñalba tomó la pelota, engañó y la historia se escribió.