Como si se tratara de cualquier puesto de los mercados de San Benito o del García Rejón de Mérida, en los que es común ver cómo las moscas se posan a cada rato sobre los alimentos ya elaborados o no.
De esos lugares todo se puede esperar, pero de una empresa de carácter y prestigio internacional resulta algo francamente insólito.
Pues bien, resulta en la tienda departamental, una de las más prestigiosas del mundo, Liverpool, desde hace días que está expendiendo sus tan gustados dulces que por kilos venden a diario, pero con ingrediente adicional: excremento de moscas.
Uno de nuestros reporteros observó cómo los insectos volaban de traste en traste, ante la vista y paciencia de los empleados del lugar.
Motivo por el cual solicitamos hablar con el responsable de la venta de dulces.
Tras varios minutos de espera se presentó un joven con traje y toda la cosa, como lo exige una tienda de la talla de Liverpool, quien se identificó como Francisco Ahumada, y dijo ser el jefe de la Dulcería.
Cuando se le indicó la irregularidad de las moscas en sus dulces, el joven expresó: “Sí se ve terrible… Lo que sucede es que la gente deja abiertas las puertas de la tienda y eso ocasiona que entren los insectos… Pero pues no podemos pasarnos aquí todo el días espantando moscas”.
¿Y qué van a hacer? –se le preguntó
-Pues ya estamos tramitando la compra de contenedores de vinyl para que se protejan los dulces –respondió mientras con su mano abanicaba los dulces para espantar a los insectos.
¿Y mientras tanto, seguirán vendiendo sus dulces mosqueados? –se le insistió.
-Por ahora no podemos hacer nada… hasta que tengamos los contenedores de vinyl –insistió.