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Durante décadas ha existido un debate tabú: ¿el tamaño de los genitales importa al momento de tener relaciones íntimas? La gama de argumentos y de posiciones al respecto es amplia, sin embargo, cuando ese tamaño afecta a la vida personal, se puede concordar que sí es un tema relevante.
Es el caso de Horace Owiti Opiyo, un joven de 20 años con los genitales más grandes del planeta. El pene del originario de Kenia medía un metro, mientras que sus testículos pesaban cerca de cinco kilogramos.
El problema fue resuelto el mes pasado, tras una operación exitosa. El joven tuvo que vivir gran parte de su vida enclaustrado. Las molestias comenzaron cuando tenía 10 años. Sus testículos fueron creciendo rápidamente, al grado que en poco tiempo tuvo que abandonar la escuela y sus actividades públicas, pues era víctima de constantes burlas.
Además de la burla y la imposibilidad de hacer una vida normal, Opiyo tuvo que soportar dolores interminables. No podía sentarse, mucho menos caminar o sostenerse de pie. Su caso llegó a oídos de un vecino, quien decidió tomarle unas fotografías y publicarlas en Facebook, con la última esperanza de que se volvieran virales y alguien les pudiera ayudar.
¿Qué enfermedad provocó que tuviera los genitales más grandes del mundo?
El objetivo se cumplió. Pronto la comunidad le ayudó para ser ingresado en el Hospital Jaramogioginga Odinga, en Kisumu, la tercer ciudad más popular de Kenia. Su problema fue llamado “elefantiasis escrotal”, aunque más bien se trató de un “linfedema”.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es el nombre de un tipo de inflamación. Ocurre cuando se acumula linfa en los tejidos blandos del cuerpo. La linfa es un líquido que contiene glóbulos blancos, células que defienden contra los gérmenes. Se puede acumular cuando el sistema linfático está dañado o bloqueado. Suele ocurrir en los brazos o las piernas.
Se cree que esta elefantiasis escrotal pudo ser causada por una picadura de mosquito que inyecta larvas en el torrente sanguíneo. Las larvas maduran y se convierten en gusanos parásitos invasores que bloquean el sistema de drenaje del cuerpo y causan la hinchazón y engrosamiento de la piel.
“Cuando me levanté me sorprendió que mi cuerpo fuera tan liviano, ahora era libre. Puedo nadar, correr, jugar al fútbol… toda la pesadez se ha ido”, dijo Opiyo, de acuerdo a declaraciones difundidas por el periódico británico Daily Mail.