Noticias de Yucatán
Has tenido deseos incontenibles de comprar algo, tantas que experimentas ansiedad, pero luego te da culpa hasta caer en depresión porque no tienes cómo pagar, podría ser un comprador compulsivo, que se considera un trastorno de la mente.
Gabriela Orozco Calderón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que el término para describir las compras compulsivas es oniomanía y quienes la padecen presentan euforia al comprar algún objeto, pero posteriormente sienten culpa y caen en depresión por tener que pagar.
Destacó que este trastorno es uno de los problemas psicológicos más graves que actualmente se presenta en la sociedad mexicana, porque muchas personas buscan a través de las compras responder ante otras emociones como venganza, aburrimiento o tristeza, y en épocas decembrinas se acentúa.
La especialista indicó que el porcentaje de mujeres es mayor al de hombres que presentan este padecimiento; mientras ellas suelen comprar ropa, zapatos o música, ellos se inclinan por gadgets y aparatos electrónicos.
A la fecha, los manuales psiquiátricos no incluyen la compra compulsiva como una enfermedad, pero su similitud neurobiológicamente al juego compulsivo la incluyen en conductas adictivas.
Al respecto, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas indica que la adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de sustancias a pesar de sus consecuencias nocivas.
Así, puede decirse que la compra compulsiva se vincula con la adicción, porque la característica en común es esa impulsividad de no poder detenerse al realizar las compras, además de relacionarse con depresión, ansiedad, conductas antisociales, y muchas otras adicciones psicológicas.
El diagnóstico incluye una preocupación mal adaptativa o impulsiva por no comprar, pensamientos intrusivos en la vida cotidiana, irresistibles y sin sentido que quitan tiempo para realizar otras actividades por ir a comprar objetos que no se necesitan, y alteran ocupaciones sociales y familiares.
Debido a la gratificación inmediata, el estatus que genera es un perfil de personalidad neurótico, pues se busca el reconocimiento de los demás a través de la aprobación por tener ropa nueva y de marca, o el último celular o la tablet de última generación.
El placer de comprar
Orozco Calderón explicó que cualquier persona puede sentir placer al comprar algún producto, ya que debió juntar dinero para obtenerlo, mientras que en el caso de los compulsivos es por ansiedad y al tener algo en sus manos disminuye la sensación placentera y terminan regresando o botando el objeto.
Entonces, añadió, existen alteraciones cognitivas en el individuo que afectan su toma de decisión. Esta función se encuentra en la porción prefrontal del cerebro, donde se incluyen los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. En el caso de los afectados, las sustancias no trabajan eficientemente en sus cerebros.
Para corregir esta enfermedad patológica, la experta resaltó que los afectados podrían atenderse con un psiquiatra para que se les receten medicamentos que nivelen las sustancias en el cerebro, además de tomar una terapia cognitivo conductual para generar conciencia emocional y estrategias que limiten el comportamiento impulsivo de comprar.
AM.MX/dsc
Has tenido deseos incontenibles de comprar algo, tantas que experimentas ansiedad, pero luego te da culpa hasta caer en depresión porque no tienes cómo pagar, podría ser un comprador compulsivo, que se considera un trastorno de la mente.
Gabriela Orozco Calderón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, señaló que el término para describir las compras compulsivas es oniomanía y quienes la padecen presentan euforia al comprar algún objeto, pero posteriormente sienten culpa y caen en depresión por tener que pagar.
Destacó que este trastorno es uno de los problemas psicológicos más graves que actualmente se presenta en la sociedad mexicana, porque muchas personas buscan a través de las compras responder ante otras emociones como venganza, aburrimiento o tristeza, y en épocas decembrinas se acentúa.
La especialista indicó que el porcentaje de mujeres es mayor al de hombres que presentan este padecimiento; mientras ellas suelen comprar ropa, zapatos o música, ellos se inclinan por gadgets y aparatos electrónicos.
A la fecha, los manuales psiquiátricos no incluyen la compra compulsiva como una enfermedad, pero su similitud neurobiológicamente al juego compulsivo la incluyen en conductas adictivas.
Al respecto, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas indica que la adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de sustancias a pesar de sus consecuencias nocivas.
Así, puede decirse que la compra compulsiva se vincula con la adicción, porque la característica en común es esa impulsividad de no poder detenerse al realizar las compras, además de relacionarse con depresión, ansiedad, conductas antisociales, y muchas otras adicciones psicológicas.
El diagnóstico incluye una preocupación mal adaptativa o impulsiva por no comprar, pensamientos intrusivos en la vida cotidiana, irresistibles y sin sentido que quitan tiempo para realizar otras actividades por ir a comprar objetos que no se necesitan, y alteran ocupaciones sociales y familiares.
Debido a la gratificación inmediata, el estatus que genera es un perfil de personalidad neurótico, pues se busca el reconocimiento de los demás a través de la aprobación por tener ropa nueva y de marca, o el último celular o la tablet de última generación.
El placer de comprar
Orozco Calderón explicó que cualquier persona puede sentir placer al comprar algún producto, ya que debió juntar dinero para obtenerlo, mientras que en el caso de los compulsivos es por ansiedad y al tener algo en sus manos disminuye la sensación placentera y terminan regresando o botando el objeto.
Entonces, añadió, existen alteraciones cognitivas en el individuo que afectan su toma de decisión. Esta función se encuentra en la porción prefrontal del cerebro, donde se incluyen los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. En el caso de los afectados, las sustancias no trabajan eficientemente en sus cerebros.
Para corregir esta enfermedad patológica, la experta resaltó que los afectados podrían atenderse con un psiquiatra para que se les receten medicamentos que nivelen las sustancias en el cerebro, además de tomar una terapia cognitivo conductual para generar conciencia emocional y estrategias que limiten el comportamiento impulsivo de comprar.
AM.MX/dsc