Noticias de Yucatán
Ciudad Juárez.- A una semana de la desaparición del niño
estadounidense James Martín Camacho Padilla, de 7 años, nada se sabe de él.
El caso que ha conmocionado a los fronterizos ha generado una inusual movilización policiaca durante toda la semana, así como la suma de esfuerzos de vecinos y voluntarios anónimos que han “peinado” la zona limítrofe entre México y Estados Unidos, sin encontrar más rastros del menor que sus tenis y ya se teme por su vida.
Los padres biológicos de James, Hugo y Teirasa Camacho, se enfrentan al desconocimiento de la ciudad y de cómo operan las instituciones, ya que proceden de Estados Unidos.
Al interior de la familia Camacho se viven momentos de crisis a causa de la angustia por la ausencia del niño, según revelaron parientes cercanos que pidieron omitir sus nombres al no tener autorización de la pareja para dar declaraciones.
Ayer la Unidad de Personas Ausentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que este fin de semana suspendió los rastreos y operativos de búsqueda para realizar labor de análisis e investigación, informó Alejandro Ruvalcaba Valadez, vocero de esta Fiscalía.
Familiares del menor esperaron información oficial la mañana de ayer, y al no tener comunicación con el personal de la FGE, ellos optaron con salir a volantear por su propia cuenta y buscar en el fraccionamiento Parajes de Oriente, al recibir información de que han visto al niño caminando por ese sector cercano a Riberas del Bravo.
Los vecinos dijeron a El Diario que están en espera de que la familia defina los pasos a seguir para continuar apoyando la búsqueda de James.
“Nosotros ya no tenemos a dónde más ir, no sabemos qué más hacer. Es una desesperación bien grande”, dijo una vecina que durante toda la semana ha mostrado su solidaridad a la familia Camacho.
El caso
El caso que ha conmocionado a los fronterizos ha generado una inusual movilización policiaca durante toda la semana, así como la suma de esfuerzos de vecinos y voluntarios anónimos que han “peinado” la zona limítrofe entre México y Estados Unidos, sin encontrar más rastros del menor que sus tenis y ya se teme por su vida.
Los padres biológicos de James, Hugo y Teirasa Camacho, se enfrentan al desconocimiento de la ciudad y de cómo operan las instituciones, ya que proceden de Estados Unidos.
Al interior de la familia Camacho se viven momentos de crisis a causa de la angustia por la ausencia del niño, según revelaron parientes cercanos que pidieron omitir sus nombres al no tener autorización de la pareja para dar declaraciones.
Ayer la Unidad de Personas Ausentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que este fin de semana suspendió los rastreos y operativos de búsqueda para realizar labor de análisis e investigación, informó Alejandro Ruvalcaba Valadez, vocero de esta Fiscalía.
Familiares del menor esperaron información oficial la mañana de ayer, y al no tener comunicación con el personal de la FGE, ellos optaron con salir a volantear por su propia cuenta y buscar en el fraccionamiento Parajes de Oriente, al recibir información de que han visto al niño caminando por ese sector cercano a Riberas del Bravo.
Los vecinos dijeron a El Diario que están en espera de que la familia defina los pasos a seguir para continuar apoyando la búsqueda de James.
“Nosotros ya no tenemos a dónde más ir, no sabemos qué más hacer. Es una desesperación bien grande”, dijo una vecina que durante toda la semana ha mostrado su solidaridad a la familia Camacho.
El caso
De tez blanca, cabello castaño claro y una estatura de
1.20 metros, James Martín Camacho Padilla, es el hijo menor que procrearon Hugo
y Teirasa Camacho.
El menor padece el Trastorno del Espectro Autista (TEA) que le dificulta la comunicación y la interacción con otras personas, lo que dificulta su localización.
El pequeño James llegó a Juárez el pasado viernes 19 de enero junto a su padre, su madrastra y sus hermanos, para alojarse en la casa marcada con el número 452 del fraccionamiento Riberas del Bravo, consta en el expediente que inició la Unidad de Personas Ausentes de la Fiscalía General del Estado (FGE).
El domingo 21 la pareja salió por la tarde. La puerta de acceso principal de la vivienda tiene dos cerraduras y una de ellas estaba cerrada.
A las 16:00 horas la abuela paterna salió un momento al patio de la casa y cuando regresó el pequeño James no estaba dentro de la vivienda.
Lo buscó en los alrededores y no lo encontró, por lo que le habló a su hijo Hugo, quien le respondió que el niño no estaba con él y que regresaban en cinco minutos.
La familia empezó a buscar al menor en las calles aledañas y avisaron a los vecinos. Llamaron al 911 y acudió una unidad de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal que inició con la búsqueda en el fraccionamiento.
Esa tarde un corredor que se ejercitaba por el bordo del río Bravo observó a una familia caminar cerca del canal de aguas residuales y cerca de ellos había un niño jugando por lo que pensó que estaba con ellos y no le dio más importancia.
Varios parientes empezaron a compartir la foto de James en las redes sociales para agilizar la búsqueda al temer que se hiciera de noche y el niño estuviera expuesto a las bajas temperaturas.
Esa misma noche el padre fue orientado por los agentes municipales para que acudiera a la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar el reporte por ausencia, por lo que se presentaron a las 2 de la mañana a realizar la denuncia ante el Ministerio Público.
La mañana del lunes, la FGE empezó a difundir la pesquisa del niño estadounidense y los vecinos improvisaron rastreos en las márgenes del canal de aguas residuales.
Fueron ellos quienes encontraron flotando el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición.
El menor padece el Trastorno del Espectro Autista (TEA) que le dificulta la comunicación y la interacción con otras personas, lo que dificulta su localización.
El pequeño James llegó a Juárez el pasado viernes 19 de enero junto a su padre, su madrastra y sus hermanos, para alojarse en la casa marcada con el número 452 del fraccionamiento Riberas del Bravo, consta en el expediente que inició la Unidad de Personas Ausentes de la Fiscalía General del Estado (FGE).
El domingo 21 la pareja salió por la tarde. La puerta de acceso principal de la vivienda tiene dos cerraduras y una de ellas estaba cerrada.
A las 16:00 horas la abuela paterna salió un momento al patio de la casa y cuando regresó el pequeño James no estaba dentro de la vivienda.
Lo buscó en los alrededores y no lo encontró, por lo que le habló a su hijo Hugo, quien le respondió que el niño no estaba con él y que regresaban en cinco minutos.
La familia empezó a buscar al menor en las calles aledañas y avisaron a los vecinos. Llamaron al 911 y acudió una unidad de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal que inició con la búsqueda en el fraccionamiento.
Esa tarde un corredor que se ejercitaba por el bordo del río Bravo observó a una familia caminar cerca del canal de aguas residuales y cerca de ellos había un niño jugando por lo que pensó que estaba con ellos y no le dio más importancia.
Varios parientes empezaron a compartir la foto de James en las redes sociales para agilizar la búsqueda al temer que se hiciera de noche y el niño estuviera expuesto a las bajas temperaturas.
Esa misma noche el padre fue orientado por los agentes municipales para que acudiera a la Fiscalía General del Estado (FGE) a presentar el reporte por ausencia, por lo que se presentaron a las 2 de la mañana a realizar la denuncia ante el Ministerio Público.
La mañana del lunes, la FGE empezó a difundir la pesquisa del niño estadounidense y los vecinos improvisaron rastreos en las márgenes del canal de aguas residuales.
Fueron ellos quienes encontraron flotando el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición.