Noticias de Yucatán
(apro).- Con 15 mil pesos “no alcanza para hacer de nuevo
la casa”, dice Reynaldo Molina Espinoza, uno de tantos afectados por el
terremoto del pasado 7 de septiembre, cuya vivienda colapsó.
Esa noche, el sismo de 8.2 sacudió tanto a su casa
–localizada en una comunidad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas– que algunos muros se
deshicieron por completo, y las tejas y maderas que daban forma al techo,
cayeron.
El hombre de 56 años lleva varias semanas reconstruyendo
esa vivienda que en su fachada aún tiene pintada en rojo la letra “D”, marca
que, según los peritos, determinaba que la construcción debe ser demolida.
Cuatro meses después del terremoto, Reynaldo Molina
Espinoza trata de que su casa de adobe, en la comunidad de Tenochtitlán, Villaflores,
siga en pie. El hombre decidió no tirarla y lo hizo por una razón práctica:
como damnificado por el sismo sólo recibió una tarjeta con 15 mil pesos, “con
eso no alcanza para hacer de nuevo la casa”.
Lo que Reynaldo Molina Espinoza no sabe es que en los
registros del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) su
nombre aparece en 34 tarjetas, a las cuales se les depositó un total de 510 mil
pesos, según información difundida por la organización Mexicanos Contra la
Corrupción e Impunidad (MCCI).
“Yo sólo recibí una. A mí no me dieron más”, respondió
cuando se le preguntó si había recibido más de una tarjeta.
Como prueba, Reynaldo saca de una bolsa de plástico el
sobre y el papel en donde venía la única tarjeta (cuyos cuatro últimos dígitos
son 3892) que le entregó personal de Bansefi.
De acuerdo con el reportaje de MCCI, escrito por las
periodistas Thelma Gómez y Miriam Castillo, en una investigación realizada por
la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el nombre de Reynaldo Molina
Espinoza –campesino que vive del cultivo de maíz y frijol– aparece como parte
de mil 495 casos de damnificados a cuyo nombre Bansefi emitió muchas más
tarjetas de las que tenían derecho.
De acuerdo con esa pesquisa de 90 páginas, Bansefi emitió
4 mil 574 tarjetas para mil 495 beneficiarios; es decir, se hicieron 3 mil 079
plásticos de más. En esas tarjetas de débito, la CNBV encontró que Bansefi
“dispersó recursos en efectivo” que ascienden a 68.8 millones de pesos; es
decir, poco más de 3.6 millones de dólares.
En la investigación de la autoridad bancaria, a la que
tuvo acceso MCCI, se mencionan los 11 nombres de los damnificados a quienes se
les emitieron el mayor número de tarjetas, entre 34 y 10 para cada uno, todas
con fondos. Además, señala que otras mil 484 personas están registradas con dos
y hasta ocho tarjetas de débito cuando, de acuerdo con el programa de apoyo a
los damnificados, sólo les correspondería una, pues son las que se emiten para
disponer de efectivo.
MCCI localizó a cinco de 11 damnificados a cuyo nombre se
emitieron entre 34 y 10 tarjetas. Los cinco viven en comunidades marginadas de
Chiapas, ninguno recibió tarjetas de más. Incluso, a dos de ellos no se les ha
entregado ningún tipo de apoyo federal: ni una tarjeta.
Para corroborar que las cinco personas que se localizaron
son los mismos que se menciona en la investigación de la CNBV, Mexicanos Contra
la Corrupción y la Impunidad buscó sus nombres en una base de datos de
damnificados por los sismos y en la cual aparece la totalidad de los 11 casos
resaltados por la autoridad bancaria a cuyos nombres se emitieron más tarjetas
de las debidas. En esa base de datos se incluye la comunidad en la que viven,
así como el número de folio y de tarjeta que les dieron.
En una visita a cinco de esos damnificados en sus
comunidades y luego de revisar sus números de folio y de tarjeta, se constató
que eran exactamente los mismos registrados en la base de datos.
Después del sismo del 7 de septiembre, que afectó sobre
todo a Chiapas y Oaxaca, el gobierno federal anunció que se apoyaría la
reconstrucción de las casas de los damnificados con recursos del Fondo de
Desastres Naturales (Fonden), los cuales entregaría Bansefi a través de
tarjetas de débito y monederos electrónicos.
De acuerdo con este programa del Fonden, a todos los
damnificados les tocaría sólo una tarjeta de débito, para disponer de efectivo,
y sólo a quienes presentaron “pérdida total” les corresponderían dos plásticos:
uno de débito y el monedero electrónico.
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano
(Sedatu) fue la encargada de realizar el censo de damnificados, que entregó a
Bansefi; esta última institución fue la responsable de depositar el dinero del
Fonden a las tarjetas.
El 14 de noviembre, y a partir de los reclamos de
damnificados que detectaron dinero faltante en las tarjetas que recibieron,
Virgilio Andrade, director general de Bansefi, presentó una denuncia ante la
Procuraduría General de la República (PGR), para que se investigara la posible
clonación de los plásticos. Según se publicó entonces, las tarjetas
distribuidas en Oaxaca y Chiapas eran de banda magnética y no de chip, lo que
aumenta su vulnerabilidad.
Dos días después, el 16 de noviembre, la CNBV inició una
investigación a Bansefi por las tarjetas repartidas entre las personas
afectados por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017.