Noticias de Yucatán
Edwin Armando Burgos Dzib, procesado por el homicidio de
una mujer de Nuevo León radicada en Mérida, la mató el mismo día que una juez
le concedió la suspensión del proceso penal que le seguía por el robo en una
casa.
De hecho, la asesinó después de presentarse ante la jueza para ser notificado que su proceso por robo estaba suspendido, como parte de
los beneficios que se incluyen el Nuevo Sistema de Justicia Penal.
El sujeto abordó un taxi saliendo del Centro de Justicia
Oral de Mérida y se fue directamente a casa de su víctima, pues sabía que la
mujer tenía dinero porque así se lo contó un familiar que le daba servicio de
jardinería a la vivienda.
La Fiscalía detuvo a Burgos Dzib
por la muerte de Ermila Vera Arangua, de 70 años de edad, con domicilio en el
fraccionamiento Las Margaritas en Santa Rita, Cholul.
La carpeta de investigación indica que la mató para
robarle, aunque apenas obtuvo $8,528.
El autor del crimen es procesado por la juez de control
Blanca Beatriz Bonilla González, quien ya lo imputó por los delitos de
homicidio calificado y robo calificado, que denunciaron los hijos de la ahora
occisa.
Irónicamente fue la misma juez la que lo dejó en libertad
y que le suspendió el proceso precisamente el día en que el sujeto se convirtió
en criminal.
Y es que ella le seguía proceso por el delito de robo
calificado y lo dejó en libertad condicional a cambio de no salir del Estado,
acudir a firmar y llevar en el tobillo un dispositivo electrónico.
El robo lo cometió en un predio del fraccionamiento El
Triunfo, de la comisaría Santa Gertrudis Copó, de donde se llevó una pantalla
de plasma de 32 pulgadas, una alcancía artesanal con 82 pesos, un ventilador de
pedestal y una consola de juegos.
El 17 de noviembre, acudió ante esa juez porque ella
aprobó suspender el proceso penal por 6 meses, a cambio de que él cumpliera con
residir en un determinado predio, no acercarse a la víctima y su domicilio en
un rango de 200 metros, conservar un trabajo, acudir a firmar cada mes y se
estableció un plan de reparación del daño por 4 mil 600 pesos que pagaría en
abonos mensuales.
Aceptó los compromisos, firmó, abandonó el Centro de
Justicia Oral de Mérida y se fue a robarle a la vecina de Cholul, pero terminó
matándola.
Pero su carrera criminal no terminó ahí, ya que todo parece indicar cometió otro robo con violencia, motivo por el cual ya estaba preso nuevamente.