Noticias de Yucatán
Sinaloa.- Familiares y amigos acudieron la tarde de ayer al Panteón Jardín para dar el último adiós al pequeño Jesús Manuel, de ocho años. Pero antes de dejarlo en su última morada, sus restos mortales fueron llevados por última vez a los sitios que frecuentaba: su escuela, las calles del fraccionamiento Santa Teresa, que era donde vivía, y la casa de su abuela en Urías.
Asimismo, se ofició una misa de cuerpo presente en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la colonia Juárez, para entregar el alma del pequeño al Creador.
Antes de las 13:00 horas, decenas de personas se encontraban afuera de la primaria Nueva Creación Santa Teresa, ya que hasta ellas llegó el rumor de que la escuela rendiría un homenaje al fallecido, pero eso no ocurrió.
La profesora de guardia señaló que la institución no tenía permitido realizar ningún tipo de evento de esa índole, por lo que se limitarían a salir a despedir a Jesús Manuel, quien cursaba el segundo año en el turno vespertino.
Aunque la situación les molestó a los padres de familia, decidieron seguir esperando en el rayo de sol para despedirlo.
A las 14:00 horas, la carroza llegó al fraccionamiento Santa Teresa y comenzó el lento recorrido por las calles por las que Jesús Manuel caminaba a diario, y su primer escala fue la escuela.
Las lágrimas no pudieron ser contenidas, y más de uno de los presentes expresaba su sentir por la tragedia ocurrida el lunes por la mañana.
En ese momento, las personas comenzaron a protestar y exigieron hablar con la directora, Trinidad N.
Ante la insistencia de los padres de familia, la profesora Trinidad permitió el acceso del cuerpo y señaló que únicamente los niños cuyos padres habían asistido podrían ver el ataúd abierto si sus progenitores lo autorizaban.
Después de que más de un centenar de alumnos y decenas de adultos le rindieran sus respetos a Jesús Manuel, la carroza siguió el recorrido por el asentamiento, para llegar a la casa de la abuela antes de ir a misa.
Después que el cortejo fúnebre se retirara, los comentarios de las personas no se hicieron esperar.
Todos coincidían en lo doloroso que les parece el hecho de que un niño tan cercano a ellos falleciera en esas circunstancias.
“Estoy en shock. Los conozco desde que llegamos a vivir aquí. La señora estaba embarazada de Jesús Manuel y nos veíamos todos los días porque mi hija y el niño mayor, Arturo, iban juntos al kínder”, compartió una vecina de la calle Santa Judit, la misma donde se encuentra el hogar de la familia afectada.
Hace casi 10 años que la mayoría de las familias llegaron al fraccionamiento, tiempo en el que han logrado conocerse y algunas hasta convivir.
Los infantes son los que más lazos desarrollan, tanto en actividades de la escuela como en las recreativas. “Son unos niños muy simpáticos.
Salían jugar con los niños de aquí, como cualquier niño normal, siempre muy educados y bien portados”, dijo otra de las vecinas.
Aunque la cuadra de Santa Judit es de las más pequeñas, la urbanización es enorme, y es justo en la escuela donde convergen la mayor parte del tiempo.
“Sigo consternada por lo que pasó. Mi hija es compañera del hermano mayor de Jesús, van en quinto año de primaria y nos conocemos de prácticamente toda la vida”, comentó una señora afuera de la primaria.
EL HECHO
Eran aproximadamente las 09:00 del pasado lunes cuando las autoridades fueron alertadas de que al menos tres personas en un domicilio de la calle Santa Judith, del fraccionamiento Santa Teresa, se encontraban heridas tras una supuesta riña familiar.
Al llegar a la escena se informó que un padre de familia había asesinado a acuchilladas a su hijo de ochos años y había herido a su esposa, y posteriormente el adulto había atentado contra su vida.
Sinaloa.- Familiares y amigos acudieron la tarde de ayer al Panteón Jardín para dar el último adiós al pequeño Jesús Manuel, de ocho años. Pero antes de dejarlo en su última morada, sus restos mortales fueron llevados por última vez a los sitios que frecuentaba: su escuela, las calles del fraccionamiento Santa Teresa, que era donde vivía, y la casa de su abuela en Urías.
Asimismo, se ofició una misa de cuerpo presente en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la colonia Juárez, para entregar el alma del pequeño al Creador.
Antes de las 13:00 horas, decenas de personas se encontraban afuera de la primaria Nueva Creación Santa Teresa, ya que hasta ellas llegó el rumor de que la escuela rendiría un homenaje al fallecido, pero eso no ocurrió.
La profesora de guardia señaló que la institución no tenía permitido realizar ningún tipo de evento de esa índole, por lo que se limitarían a salir a despedir a Jesús Manuel, quien cursaba el segundo año en el turno vespertino.
Aunque la situación les molestó a los padres de familia, decidieron seguir esperando en el rayo de sol para despedirlo.
A las 14:00 horas, la carroza llegó al fraccionamiento Santa Teresa y comenzó el lento recorrido por las calles por las que Jesús Manuel caminaba a diario, y su primer escala fue la escuela.
Las lágrimas no pudieron ser contenidas, y más de uno de los presentes expresaba su sentir por la tragedia ocurrida el lunes por la mañana.
En ese momento, las personas comenzaron a protestar y exigieron hablar con la directora, Trinidad N.
Ante la insistencia de los padres de familia, la profesora Trinidad permitió el acceso del cuerpo y señaló que únicamente los niños cuyos padres habían asistido podrían ver el ataúd abierto si sus progenitores lo autorizaban.
Después de que más de un centenar de alumnos y decenas de adultos le rindieran sus respetos a Jesús Manuel, la carroza siguió el recorrido por el asentamiento, para llegar a la casa de la abuela antes de ir a misa.
Después que el cortejo fúnebre se retirara, los comentarios de las personas no se hicieron esperar.
Todos coincidían en lo doloroso que les parece el hecho de que un niño tan cercano a ellos falleciera en esas circunstancias.
“Estoy en shock. Los conozco desde que llegamos a vivir aquí. La señora estaba embarazada de Jesús Manuel y nos veíamos todos los días porque mi hija y el niño mayor, Arturo, iban juntos al kínder”, compartió una vecina de la calle Santa Judit, la misma donde se encuentra el hogar de la familia afectada.
Hace casi 10 años que la mayoría de las familias llegaron al fraccionamiento, tiempo en el que han logrado conocerse y algunas hasta convivir.
Los infantes son los que más lazos desarrollan, tanto en actividades de la escuela como en las recreativas. “Son unos niños muy simpáticos.
Salían jugar con los niños de aquí, como cualquier niño normal, siempre muy educados y bien portados”, dijo otra de las vecinas.
Aunque la cuadra de Santa Judit es de las más pequeñas, la urbanización es enorme, y es justo en la escuela donde convergen la mayor parte del tiempo.
“Sigo consternada por lo que pasó. Mi hija es compañera del hermano mayor de Jesús, van en quinto año de primaria y nos conocemos de prácticamente toda la vida”, comentó una señora afuera de la primaria.
EL HECHO
Eran aproximadamente las 09:00 del pasado lunes cuando las autoridades fueron alertadas de que al menos tres personas en un domicilio de la calle Santa Judith, del fraccionamiento Santa Teresa, se encontraban heridas tras una supuesta riña familiar.
Al llegar a la escena se informó que un padre de familia había asesinado a acuchilladas a su hijo de ochos años y había herido a su esposa, y posteriormente el adulto había atentado contra su vida.