Noticias de Yucatán
En lo que parece ser un milagro, un joven demuestra que la reanimación cardiopulmonar realmente salva vidas, pues decidió implementarla en una ardillaque parecía haber muerto electrocutada en la calle y funcionó.
El roedor literalmente volvió a la vida, ya que el hombre le practicó RCP cuando parecía ya estar muerto y su corazón volvió a latir.
La hazaña quedó capturada en un video en el que se puede observar como el joven realizó la maniobra sobre el animal.
La ardilla fue encontrada rígida y sin signos aparentes de vida, lo que se cree que fue causado por una descarga eléctrica de cables que se encontraban en la calle. Ante esta situación, una persona decidió no dejarla morir y comenzó a dar golpes en el pecho del roedor esperando reanimar su corazón.
Después de unos minutos, la reacción esperada no llegaba, por lo que decidió abrir el hocico del animal y soplar un poco para darle respiración. El masaje en el pecho continuó y el milagro esperado llegó, la ardilla comenzó a respirar.
Ante la hazaña, el joven se mostraba emocionado y aunque la ardilla aún no se movía ya pestañeaba y respiraba, fue acariciada unos minutos más y posteriormente, se puso en pie para seguir su camino.
En lo que parece ser un milagro, un joven demuestra que la reanimación cardiopulmonar realmente salva vidas, pues decidió implementarla en una ardillaque parecía haber muerto electrocutada en la calle y funcionó.
El roedor literalmente volvió a la vida, ya que el hombre le practicó RCP cuando parecía ya estar muerto y su corazón volvió a latir.
La hazaña quedó capturada en un video en el que se puede observar como el joven realizó la maniobra sobre el animal.
La ardilla fue encontrada rígida y sin signos aparentes de vida, lo que se cree que fue causado por una descarga eléctrica de cables que se encontraban en la calle. Ante esta situación, una persona decidió no dejarla morir y comenzó a dar golpes en el pecho del roedor esperando reanimar su corazón.
Después de unos minutos, la reacción esperada no llegaba, por lo que decidió abrir el hocico del animal y soplar un poco para darle respiración. El masaje en el pecho continuó y el milagro esperado llegó, la ardilla comenzó a respirar.
Ante la hazaña, el joven se mostraba emocionado y aunque la ardilla aún no se movía ya pestañeaba y respiraba, fue acariciada unos minutos más y posteriormente, se puso en pie para seguir su camino.
