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El pasado 15 de julio, Sarah Cummings iba a celebrar su boda en el lujoso hotel Ritz Charles de Carmel, en Indiana, Estados Unidos. Según el diario Independent, el costo de la ceremonia, fiesta y banquete para 170 personas, sería de 26 mil dólares.
De acuerdo con información de Noticieros Televisa y el portal Trome, la boda se canceló a días de celebrarse y Cummings decidió usar ese dinero, esa reservación y comida para invitar a comer a la gente sin hogar. De no hacer eso, la comida la hubieran tirado a la basura.
Sarah Cummings llamó invitado por invitado para cancelar y les explicó que pasó.
“Fue devastador. Me disculpé, lloré, llamé a los músicos, volví a llorar, pero cuando me enteré de que toda esa comida sería arrojada a la basura, me sentí mal”, Dijo Cumming.
Así que, sacando fuerzas de flaqueza, la joven comenzó a llamar a los distintos centros de ayuda de la ciudad para invitarles al banquete, compuesto por albóndigas glaseadas, brochetas de queso de cabra, pechuga de pollo con alcachofas y crema de Chardonnay. De postre, los invitados pudieron disfrutar de una tarta de bodas.
Los invitados —provenientes de albergues de Indianápolis y Noblesville— fueron vestidos para la ocasión: con terno y vestidos. Hasta contrataron una empresa de buses para que los recogiera, de acuerdo a la historia en Facebook.
"Me ha conmovido la forma en la que Sarah ha convertido una experiencia dolorosa para ella en algo feliz para muchas familias con necesidades", señaló Cheryl Herzog, la directora de uno de los centro de acogida.
Esta no es la primera boda que termina de esta manera: hace un tiempo, otra mujer dejó a su novio en el altar y convirtió la fiesta en un regalo para 60 niños sin hogar.