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Maestros inconformes, jubilados y en activo, de la sección 57 del SNTE se han quejado en diferentes medios de que el dinero que se reúne para el Patronato de Defunción del sindicato, que sirve para apoyar a los familiares de quienes fallecen no es entregado completo a los deudos.
Expresaron que desde el año pasado aumentó la cuota que tienen que aportar por compañero fallecido, pero no aumentó la cantidad que se entrega a los deudos, y que los números de lo que se junta con lo que se entrega no “cuadran”, por lo que sospechan que hay un desvío de cientos de miles de pesos.
Esta inconformidad está latente, a pesar de que no todos los maestros se han percatado de esta irregularidad.
En la página de Facebook de la sección 57 del SNTE se publica el monto de lo que se recauda y se entrega, pero la información que se presenta está incompleta y mezclada con otros asuntos.
Antes del 2017, los 7 mil 500 agremiados tenían que aportar 4 pesos por cada maestro que fallecía, con un máximo de 4 fallecidos por quincena. Es decir, que cada maestro no aportaba más de 16 pesos quincenales y el fondo que se entregaba era de 40 mil pesos a los deudos.
Sin embargo, a partir del 2017 se aumentó la cuota que se descuenta a los maestros y ya no aportan 4, sino 10 pesos por cada fallecido; sin embargo, la cantidad que se entrega es la misma, 40 mil pesos, por lo que una gran cantidad de dinero queda en el limbo.
Fuentes de la propia Sección 57 del SNTE señalaron que estos recursos se estarían yendo directamente a la bolsa de Luis María Aguilar Castillo, líder sindical y quien maneja a su antojo este fondo.
En la página de la sección se publican los estados de cuenta de este fondo, pero incompletos, pues únicamente se informa de cuántos agremiados fallecieron y cuánto se le descontó a cada trabajador y la cantidad total que se entregó; en todos los casos se omite precisar la cantidad total que se reunió para contrastar con la cantidad entregada.
Por ejemplo, en reporte trimestral de descuentos y pagos del 1 de julio al 30 de septiembre del año pasado, se informa que fallecieron 19 agremiados, por lo que a cada integrante del SNTE se le descontaron 190 pesos. Se menciona que se pagaron 11 pliegos, para un total de 437 mil 958 pesos.
Sin embargo, si se calcula que a cada trabajador se le descontaron 190 pesos en ese periodo y se multiplica por los 7 mil 500 agremiados se puede observar que se juntaron un total de un millón 425 mil pesos, pero sólo se entregaron en 437 mil 958 pesos, por lo que estarían “desaparecidos” 987 mil 42 pesos.
Lo mismo para el periodo del 1 de octubre al 31 de diciembre del año pasado, cuando también se descontó 190 pesos a cada trabajador, para un total de un millón 425 mil pesos, y se pagaron 31 pliegos por un millón 237 mil 470 pesos; faltan 187 mil 530 pesos.
En el periodo del 1 de enero al 31 de marzo del 2018 a los 7 mil 500 maestros de la sección 57 del SNTE se les descontaron 200 pesos por concepto de 20 compañeros fallecidos, lo que equivale a millón y medio de pesos, pero nuevamente sólo se pagaron 34 pliego sellado para un total de un millón 359 mil 990 pesos. Faltan 140 mil pesos que no se sabe dónde están.
Tan sólo en este lapso del 1 de junio del 2017 al 31 de marzo del 2018 hay un faltante de un millón 314 mil 572 pesos, por lo que el secretario general de esa agrupación, Luis María Aguilar Castillo, es señalado por grupos de inconformes de desviar para su provecho cientos de miles de pesos que deberían entregarse a familiares de los fallecidos.
Este año, un movimiento magisterial que comenzó con demandas aisladas ha cobrado fuerza a tal grado que el último mes pusieron en jaque a las autoridades educativas con una serie de protestas, donde los manifestantes exigían igualdad en los incentivos derivados de la reforma educativa, que son otorgados en forma discrecional por quienes dirigen la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (Segey).
Desde el 2015, unos 400 maestros, presentaron el primer examen de permanencia, dentro de la Reforma Educativa. El grupo obtuvo las mejores calificaciones del país y se le otorgó cierto número de horas de trabajo, pero no las que establece la ley.
En 2015 se evaluó a la segunda generación y el entonces secretario de Educación, Víctor Caballero Durán, por intereses políticos, otorgó a algunos profesores el doble de inventivos que a la generación 2015. Esto se hizo ¨bajo la mesa¨, con la petición a los beneficiados de no hacerlo público.
En 2017 se emitió otra convocatoria y se ofrecieron incentivos mucho mayores que a las de las generaciones previas. Ahora la Segey trata de rectificar con el argumento de que esos incentivos eran sólo un “anuncio” que acompañó a la convocatoria, no algún punto de ésta.
En ese anuncio se prometía, entre otras cosas, el alza de un 35 por ciento de ingresos para maestros con evaluación “buena” en 2016, y 2017, con criterios poco claros.
La Verdad Noticias