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El buzo se ofreció como buzo en el rescate del equipo de fútbol atrapado en las cuevas de Tham Luang, pero falleció mientras transportaba oxigeno para los menores
Tailandia.- Atlético, noble y muy dedicado a su trabajo; con estas palabras sus compañeros describen a Saman Kunan, un buzo que falleció este viernes mientras transportaba oxigeno para los 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador que permanecen atrapados en una cueva de Tailandia desde el pasado 23 de junio.
Sin embargo, mientras transportaba oxígeno entre dos puntos de la red subterránea de cuevas (lo que puede tomar hasta 5 horas de traslado), el buzo se quedó sin oxigeno en cuanto llegó de regresó al exterior. Lamentablemente, todos los intentos por reanimarlo resultaron inútiles, y el deportista falleció durante su misión.
Kunan, de 38 años, fue un miembro de las fuerzas de élite de la Marina de Tailandia, y decidió ofrecerse como voluntario en las tareas de rescate de los menores aprisionados dentro del complejo de cuevas de Tham Luang.
De acuerdo con quienes lo conocían, el hombre "era una persona desinteresada que amaba cuidar a otros", por lo que no fue raro que ofreciera sus habilidades en una misión como esta.
Uno de sus amigos, durante una entrevista con la BBC, describió a Kunan como "un hombre alegre que siempre hablaba en serio sobre su trabajo".
Me enteré de la noticia dos horas antes de la conferencia de prensa. Me sorprendió y me entristeció.
El rescatista creció en Isan, una región muy pobre ubicada en el noroeste de Tailandia, y desde pequeño manifestó grane energía y amor por deportes muy demandantes, como los triatlones. Estudió en una escuela de capacitación para suboficiales durante dos años, de donde después se trasladaría a la escuela de la Marina tras graduarse.
Al breve tiempo de ingresar a la Marina, aprendió a bucear y laboró con las fuerzas especiales unos años, antes de renunciar para comenzar a trabajar como uno de los 15 empleados asignados a una unidad de asistencia en rescates del Aeropuerto de Tailandia.
Kunan estaba casado y aun no tenía hijos.
El buzo se ofreció como buzo en el rescate del equipo de fútbol atrapado en las cuevas de Tham Luang, pero falleció mientras transportaba oxigeno para los menores
Tailandia.- Atlético, noble y muy dedicado a su trabajo; con estas palabras sus compañeros describen a Saman Kunan, un buzo que falleció este viernes mientras transportaba oxigeno para los 12 niños de un equipo de fútbol y su entrenador que permanecen atrapados en una cueva de Tailandia desde el pasado 23 de junio.
Sin embargo, mientras transportaba oxígeno entre dos puntos de la red subterránea de cuevas (lo que puede tomar hasta 5 horas de traslado), el buzo se quedó sin oxigeno en cuanto llegó de regresó al exterior. Lamentablemente, todos los intentos por reanimarlo resultaron inútiles, y el deportista falleció durante su misión.
Kunan, de 38 años, fue un miembro de las fuerzas de élite de la Marina de Tailandia, y decidió ofrecerse como voluntario en las tareas de rescate de los menores aprisionados dentro del complejo de cuevas de Tham Luang.
De acuerdo con quienes lo conocían, el hombre "era una persona desinteresada que amaba cuidar a otros", por lo que no fue raro que ofreciera sus habilidades en una misión como esta.
Uno de sus amigos, durante una entrevista con la BBC, describió a Kunan como "un hombre alegre que siempre hablaba en serio sobre su trabajo".
Me enteré de la noticia dos horas antes de la conferencia de prensa. Me sorprendió y me entristeció.
El rescatista creció en Isan, una región muy pobre ubicada en el noroeste de Tailandia, y desde pequeño manifestó grane energía y amor por deportes muy demandantes, como los triatlones. Estudió en una escuela de capacitación para suboficiales durante dos años, de donde después se trasladaría a la escuela de la Marina tras graduarse.
Al breve tiempo de ingresar a la Marina, aprendió a bucear y laboró con las fuerzas especiales unos años, antes de renunciar para comenzar a trabajar como uno de los 15 empleados asignados a una unidad de asistencia en rescates del Aeropuerto de Tailandia.
Kunan estaba casado y aun no tenía hijos.
