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Los Mochis, Sinaloa.- “José” y “Pedro” son dos habitantes de Chihuahua que prefieren no mencionar sus verdaderos nombres. Ambos fueron marcados por el derrumbe de jales mineros de la empresa Minera Río Tinto, S.A. de C.V.
Uno perdió a su hermano, que era maquinista, y el otro vivió para contar lo sucedido. “Pedro”, uno de los dos sobrevivientes, mientras mira a lo lejos cómo quedó la presa de desechos, le tiemblan las piernas tan sólo de recordar lo sucedido.
Narra que estaba sobre la cañada en una máquina haciendo maniobras cuando de repente fue golpeado por la enorme cantidad de jales que parecía un río.
eRecuerda que la ola de jales lo arrastró y sentía que lo jalaba como si fuera un pantano. “Mientras más me movía más me jalaba”.
El hermano de “José” no corrió con la misma suerte. Ya van más de seis semanas y todavía sus familiares buscan el cuerpo por donde pasó el río de jales, ya que a ciencia cierta no saben si los restos humanos que encontraron a los días del siniestro evento son del hermano de “José”.
Denuncia que las autoridades no han hecho bien las cosas en el temas del ADN porque dice que hasta el momento no han avisado de quién son parte de los cuerpos que entraron.
Dice que él sólo quiere los restos de su hermano para darle sepultura. Su coraje, tristeza y impotencia se refleja en su rostro no sólo porque las autoridades no han hecho bien su trabajo, sino además porque se sienten engañados porque, expone, hace días fueron llamadas a Chihuahua las viudas de los trabajadores que fallecieron por el derrumbe según para hacer los estudios de ADN; no obstante, no fue así: las hicieron firmar y entregaron a cada una de ellas la cantidad de 600 mil pesos. El Debate.
- El hermano de una de las víctimas mortales tras el derrumbe de la presa de jales en Urique, Chihuahua, sólo quiere poder darle el último adiós
Los Mochis, Sinaloa.- “José” y “Pedro” son dos habitantes de Chihuahua que prefieren no mencionar sus verdaderos nombres. Ambos fueron marcados por el derrumbe de jales mineros de la empresa Minera Río Tinto, S.A. de C.V.
Uno perdió a su hermano, que era maquinista, y el otro vivió para contar lo sucedido. “Pedro”, uno de los dos sobrevivientes, mientras mira a lo lejos cómo quedó la presa de desechos, le tiemblan las piernas tan sólo de recordar lo sucedido.
Narra que estaba sobre la cañada en una máquina haciendo maniobras cuando de repente fue golpeado por la enorme cantidad de jales que parecía un río.
eRecuerda que la ola de jales lo arrastró y sentía que lo jalaba como si fuera un pantano. “Mientras más me movía más me jalaba”.
El hermano de “José” no corrió con la misma suerte. Ya van más de seis semanas y todavía sus familiares buscan el cuerpo por donde pasó el río de jales, ya que a ciencia cierta no saben si los restos humanos que encontraron a los días del siniestro evento son del hermano de “José”.
Denuncia que las autoridades no han hecho bien las cosas en el temas del ADN porque dice que hasta el momento no han avisado de quién son parte de los cuerpos que entraron.
Dice que él sólo quiere los restos de su hermano para darle sepultura. Su coraje, tristeza y impotencia se refleja en su rostro no sólo porque las autoridades no han hecho bien su trabajo, sino además porque se sienten engañados porque, expone, hace días fueron llamadas a Chihuahua las viudas de los trabajadores que fallecieron por el derrumbe según para hacer los estudios de ADN; no obstante, no fue así: las hicieron firmar y entregaron a cada una de ellas la cantidad de 600 mil pesos. El Debate.