Tras la viralización de un video en el que una docente supuestamente ahorca a un menor en el colegio New South Wales, de la Ciudad de México, Ángela Rivera, vocera de la escuela, declaró que la institución implicada está en contra de la violencia y que la implicada, una maestra incorporada, en realidad estaba aplicando una “técnica de contención” para tranquilizar al alumno debido a que, declaró, éste sufrió una crisis de ansiedad.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Rivera explicó que los hechos, ocurridos el pasado 18 de diciembre, tuvieron una interpretación distinta y los calificó como “algo desafortunado”. “Ha sido muy triste ver la interpretación que se la ha dado y que no se ha dado oportunidad a la escuela de dar su opinión. No todo lo que sale en redes sociales es el hecho, jugamos mucho con la interpretación”, dijo.
Indicó que en el caso particular de ese alumno, quien apareció en el video captado desde un edificio aledaño, es necesaria la presencia de una “maestra incorporada”, la cual fue contratada por los padres del propio menor, ya que padece de autismo. Explicó que esta docente es una especialista que se encarga de cuidarlo y que no pertenece a la plantilla oficial de maestros del colegio.
“Le acompaña en todo: si está sentado en la banca, esta persona tiene un lugar designado para acompañarle dentro del aula; si necesita ir al baño, a tomar agua, incluso lo acompaña en la zona de juegos, en todo momento. (Incluso) hay otro nombre coloquial, que es 'sombra', (así) se les llama”.
La versión del colegio
Ángela Rivera explicó que el día en que sucedieron los hechos, el alumno implicado solicitó permiso para tomar agua, por lo que éste y su acompañante salieron del aula. Al regresar, el niño se enteró de que todos sus demás compañeros ya habían iniciado una actividad de matemáticas y que se había retrasado.
“Algo que pone nervioso a este niño es el hecho del tiempo, y de sentir que ya habían iniciado una actividad y que se estaba atrasando”, dijo la vocera, contando que el niño sufrió una crisis de ansiedad a raíz de eso, por lo que la integradora lo sacó del salón para “retirarle todos los estímulos de alrededor” y conducirlo a un lugar apartado, a un pequeño cobertizo que tiene la escuela en un patio trasero.
Rivera sostuvo que en ese lugar, la integradora aplicó una técnica de sujeción física para tranquilizar al alumno, la cual involucra contención verbal. “Puede ser que se les agarre de las manitas o de los brazos, de las piernas, todo esto para ayudarle a que vaya pasando el episodio de ira o de ansiedad, y esto también va acompañado con un contacto visual para irles diciendo 'tranquilízate', 'cálmate'”.
La vocera también dijo que los padres del menor implicado tienen conocimiento de la situación, ya que, el mismo día en que ocurrieron los hechos, fueron al colegio. Además de ellos, también acudieron las autoridades, como Protección Civil y el Ministerio Público, incluso fue la mujer que había grabado desde las ventanas del edificio vecino, quien fue la que advirtió a la escuela sobre la existencia del material audiovisual.
“A ningún padre le gusta ver a su hijo siendo grabado y además donde la historia que se forma alrededor es que está siendo maltratado”, puntualizó Rivera, recalcando que el colegio está a favor de la integridad, la inclusión y el respeto. “Estamos en contra del maltrato, definitivamente”, finalizó.
Con información de El Universal