María de Lourdes, de 42 años, nana de cinco niños, encontró sin vida al pequeño de cuatro años, con una herida de 15 centímetros en el cuello, siete en tórax y dos más en abdomen; el menor estaba envuelto en sábanas ensangrentadas. Su medio hermano, de 12 años, lo había matado por “celos”.
El hecho se registró en la vivienda ubicada en la colonia Nativitas, alcaldía Benito Juárez. Según el parte policiaco, el reporte fue poco después de las 6:00 horas, cuando la nana se levantó para empezar los quehaceres del día y se dio cuenta del asesinato.
De inmediato solicitó ayuda policiaca y médica, pero cuando llegaron los paramédicos sólo confirmaron la muerte del infante, pues se había desangrado. En el interrogatorio inicial, el niño de 12 años confesó que lo había matado por la noche sin que nadie se diera cuenta. Narró que primero lo asfixió con una almohada, luego lo degolló con un cúter que tomó de la caja de herramientas de su padre.
Luego, dijo, regresó a dormir hasta que se despertó por los gritos de la nana. En sus primeras declaraciones ante el Ministerio Público especializado en atender a menores de edad, confesó que mató a su hermano porque sentía celos de él, ya que le ponían más atención que al resto de sus hermanos.
En la casa estaban los demás hermanos, uno de 17 años; un niño y una niña de 10 años, además del presunto homicida .
La nana dio a conocer a las autoridades que ella estaba encargada de los cinco niños, pues la madre se encuentra en la ciudad de Puebla, mientras que el papá vive en un departamento en la colonia Narvarte, a quien, dijo, le notificó de inmediato lo sucedido.
Poco después de las 7:00 horas llegó al domicilio el papá, junto con su abogado, y acompañaron al niño de 12 años a la agencia 57 de la procuraduría capitalina para deslindar responsabilidades e iniciar la carpeta de investigación. En el lugar se dio a conocer que cuatro de los hermanos son adoptados, el único hijo natural de la pareja era la víctima.
Como parte de las indagatorias, autoridades entrevistaron a los otros hermanos, quienes dijeron también sentirse relegados, pero no pensaron que se llegaría a esta situación.
Las primeras pesquisas de la procuraduría local refieren que el menor de 12 años tenía antecedentes de violencia en la escuela. En dos ocasiones fue reportado por sus compañeros, a quienes había golpeado sin motivo aparente, hecho por el cual recibió tratamiento sicológico.
Los padres fueron interrogados acerca de por qué los niños estaban solos en el momento de los hechos, limitándose a contestar que salieron por cuestiones de trabajo y que por su labor lo hacían con frecuencia, y que la nana nunca reportó algún incidente o pleitos de consecuencia.
Tras la consignación de la carpeta de investigación, será un juez de Control quien decida si el niño es canalizado al DIF capitalino para que permanezca en un albergue temporal o darlo en custodia a los padres; pero no irá a prisión por ser ininputable por su edad.
El Universal