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El Papa ha asegurado este viernes que "la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes”. Se refiere a los abusos sexuales a menores entre el clero a lo que ha dedicado parte del tradicional discurso a la Curia por Navidad. El Pontífice ha prometido que no se volverán a encubrir o subestimar casos. Y ha agradecido a los medios de comunicación “que han tratado de desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas”. También ha insistido en que “la Iglesia pide que no se guarde silencio y que salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad”.
El discurso del Papa a la Curia en Navidad es lo más parecido a un balance de fin de año en el mundo civil. En él, Francisco se suele mostrar crítico y rotundo. Este año el tema de los abusos cometidos por el clero ha copado gran parte de su intervención ante los cardenales, obispos y altos jerarcas católicos.
A partir de los numerosos casos destapados por la justicia en países como Estados Unidos, Chile o Australia, este periódico puso en marcha hace unos meses un amplio despliegue informativo para abordar el escándalo de los abusos en el seno de la Iglesia y sus múltiples aristas, como tiempo atrás lo hicieron otros medios en Estados Unidos. Desde entonces, EL PAÍS ha sacado a la luz decenas de casos de pederastia en la Iglesia católica española. Muchas víctimas se han puesto en contacto para denunciar sucesos que hasta ahora habían permanecido silenciados.
Sin embargo, la Iglesia española no siempre se ha mostrado tan diligente en estas funciones. Las víctimas se han quejado largamente de que la jerarquía no ha querido reunirse con ellas, y esta misma semana el Vaticano envió un comunicado a todas las Conferencias Episcopales instándoles a hacerlo antes de comparecer en Roma en febrero para tratar a fondo este asunto que está menoscabando terriblemente la imagen de la Iglesia. Francisco ha señalado hoy que “algunos, también dentro de la Iglesia, se alzan contra ciertos agentes de la comunicación, acusándolos de ignorar la gran mayoría de los casos de abusos, que no son cometidos por ministros de la Iglesia, y de querer dar de forma intencional una imagen falsa, como si este mal golpeara solo a la Iglesia Católica”.
El Papa ha recordado hoy desenmascarar a los abusadores es “una tarea muy difícil porque los verdaderos culpables saben esconderse tan bien que muchas esposas, madres y hermanas no pueden descubrirlos entre las personas más cercanas: esposos, padrinos, abuelos, tíos, hermanos, vecinos, maestros… Incluso las víctimas, bien elegidas por sus depredadores, a menudo prefieren el silencio e incluso, vencidas por el miedo, se ven sometidas a la vergüenza y al terror de ser abandonadas”.
Con el escándalo a la orden del día en el panorama internacional, Francisco ha afirmado que “la Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”. Y reconoció que el silencio y los encubrimientos han sido un lastre: “Es innegable que algunos responsables, en el pasado, por ligereza, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez”. Y ha concluido: “Esto nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la Iglesia”.
Sobre la reunión crucial de febrero, que ya ha comenzado a prepararse, con la petición expresa a las Iglesias locales de cada país de reunirse con las víctimas, el Pontífice señaló que “la Iglesia reiterará su firme voluntad de continuar, con toda su fuerza, en el camino de la purificación”. Y especificó que se cuestionará “sobre cómo proteger a los niños; cómo evitar tales desventuras, cómo tratar y reintegrar a las víctimas; cómo fortalecer la formación en los seminarios. Se buscará transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo no solo del cuerpo de la Iglesia sino también de la sociedad”.
Francisco también ha aprovechado su discurso navideño para lanzar un mensaje a los pedófilos y pederastas que actúan dentro de la Iglesia: “Convertíos y entregaos a la justicia humana, y preparaos a la justicia divina".
El Papa también clama contra la violencia que aún sigue existiendo contra los inmigrantes, los niños y las mujeres, como varias de las “aflicciones” que han marcado este año.
Fuente El país